Tanto en la Argentina como en Chile, existe desde hace largo tiempo la pregunta de a quién corresponde realmente la Patagonia, ubicada al sur del territorio argentino. La pregunta retrotrae a tratados históricos, guerras y negociaciones de fronteras.
Las confusiones y los mitos confusos llevaron a que en la década del 1990 los gobiernos de ambos países encargaran una investigación a un conjunto de historiadores de los dos lados de la Cordillera de Los Andes.
Liderados por Luis Alberto Romero, Hilda Sábato y José Antonio Garretón, los académicos tuvieron la difícil misión de desentrañar las enmarañadas versiones. Las conclusiones fueron finalmente publicadas en 2002.
El documento llega a un claro resultado: la Argentina no le "robó" la Patagonia a Chile, fundamentalmente por dos motivos. En primer lugar, porque el territorio nunca perteneció a Chile. La segunda razón obedece a que los chilenos acordaron con los argentinos los límites en forma voluntaria. Sin embargo, las circunstancias en que se firmó el Tratado de Límites Chile-Argentina de 1881 "pueden ser cuestionables", asegura el medio BioBioChile.
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"Ni la Argentina ha despojado a Chile de territorio ni viceversa", explica el historiador Pablo Lacoste en un artículo que recoge los resultados de las investigaciones de Romero, Sábato y Garretón. Ocurre que el Tratado respetó las divisiones administrativas de ambos países dispuestas por la Corona de España desde los tiempos de la Conquista y la Colonia, cuando ambos eran el Virreinato del Río de la Plata y el Reino de Chile.
"La Argentina poseía la Patagonia (Oriental) en la época colonial, y Chile poseía la Araucanía, Valdivia, Chiloé, el Estrecho de Magallanes, el Beagle y el Cabo de Hornos", límites que fueron ratificados en 1881, agrega.
La Patagonia está dividida en dos grandes áreas: la Oriental, en posesión de la Argentina, que va desde la Cordillera de Los Andes hasta el océano Atlántico, y la Occidental, que es parte del territorio chileno y va desde la cadena montañosa hasta el Pacífico.
El sector Oriental es rico en recursos naturales, ya que hay gas y petróleo. No obstante, esto se descubrió recién hacia 1907, varios años después de la firma del acuerdo.
Confusiones
Si la respuesta es tan clara, ¿por qué algunos creen en el mito de que hubo un "robo" de territorios? En particular, ¿por qué se cree que la Patagonia Oriental es originariamente chilena?
Algunos historiadores –de ambos lados de la Cordillera- parece que desconocían los límites establecidos por la Corona española, que fijaba claramente las fronteras. Por lo tanto, difundieron una serie de ideas y tesis erradas. "Tanto los historiadores argentinos como chilenos, al diseñar los mapas, omitieron la consideración de documentos fundamentales de la época colonial. Al no conocer esta información, los colegas se vieron empujados a incurrir en inexactitudes que luego se estandarizaron en sus respectivos países", dice el documento académico.
"Ni Argentina ha despojado a Chile de territorio ni viceversa"
El texto explica: "Como punto de partida, los historiadores chilenos consideran las Reales Cédulas de 1554, 1555 y 1558, por las cuales la Corona española dispuso que la Gobernación de Chile se extendía del desierto de Atacama hasta el Estrecho de Magallanes, con un ancho de cien leguas desde el Pacífico hacia el Este. Ése era el territorio original. Posteriormente, la Corona española separó de Chile la Gobernación de Tucumán, mediante Real Cédula de 1563; más tarde, el rey Carlos III hizo lo mismo con Cuyo, que fue incorporado al Virreinato del Río de la Plata en 1776".
No obstante, de acuerdo con la tradición historiográfica chilena, "la Corona nunca separó la Patagonia del Reino de Chile. Por ende, hacia 1810, este territorio todavía pertenecía a la Capitanía General y, por ende, fue heredado por la República de Chile. Ésta es la lectura compartida por todos los historiadores chilenos de la segunda mitad del siglo XX, incluyendo Francisco Antonio Encina, Jaime Eyzaguirre y Sergio Villalobos. Institucionalmente, esta tesis es compartida por los colegas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, de la Universidad de Chile y la Universidad de Santiago". He ahí el inicio de la falsa creencia. El origen del mito.
Tratado de 1881
El Tratado firmado entre las partes en 1881 fijó las fronteras: la Patagonia Oriental para la Argentina y la Occidental, el Estrecho de Magallanes y el Cabo de Hornos, para Chile. El límite sería la Cordillera de Los Andes.
"Previo a ese acuerdo, Chile tenía aspiraciones de lograr quedarse con la Patagonia Oriental, sobre la cual tenía soberanía la Argentina desde el siglo XVIII, cuando la Colonia española se la otorgó al Virreinato del Río de la Plata", añade el sitio. Sin embargo, Chile debió renunciar a sus aspiraciones, debido a la complicada situación internacional en la que se hallaba.
Según los portales Memoria Chilena, del Ministerio de Educación de Chile, y Argentina Relaciones Exteriores, el gobierno argentino de entonces exigió a su par trasandino firmar el Tratado en medio de la Guerra del Pacífico, que enfrentó a Chile con Perú y Bolivia entre 1879 y 1883.
En 1907 se descubrió que las tierras actualmente en posesión argentina no eran tan inservibles ni infértiles
Por lo tanto, se dice que Chile no estaba en las mejores condiciones para negociar. Y concretar sus aspiraciones sobre la Patagonia Oriental le hubiera significado un conflicto bélico simultáneo con tres países. Un imposible, por lo que debió ceder ante la Argentina. A cambio, los chilenos se quedaron con el Estrecho de Magallanes "y otras tierras australes que eran estratégicas para el acceso al océano Atlántico y, por consiguiente, vitales para el comercio con Europa", subraya BioBioChile.
Pero hay más: de este modo, Chile obtuvo la neutralidad argentina en la guerra. Y, finalmente, terminaron considerando inservible la Patagonia Oriental. "La transacción sería ventajosa para nosotros, porque no son sostenibles nuestros títulos a la Patagonia, y aunque lo fueran, no debemos hacernos ilusiones creyendo que aquella extensión sea otra cosa que tierras primitivas, incultivables y de todo punto ingrata a los hábitos y aspiraciones de la industria", relató en 1865 José Victorino Lastarria, enviado chileno para negociar un nuevo tratado.
Pero estaba equivocado: en 1907 se descubrió que las tierras actualmente en posesión argentina no eran tan inservibles ni infértiles. Por el contrario, eran ricas en gas, petróleo y otros recursos naturales. Pero ya pertenecían a la Argentina.