Voley de oro: la revolución de Velasco comenzó a dar frutos

El saque de Brasil se fue por el fondo y Argentina se bañó en oro. De la mano de Julio Velasco el voley comenzó su resurrección. Cómo la cabeza de un hombre puede influir en un grupo y cambiar la historia

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El gran responsable de la corajeada tiene nombre y apellido: Julio Velasco. El mejor entrenador en la historia mundial de este deporte asumió el cargo en febrero de 2014 con una premisa: "Devolverle al vóley argentino algo de lo que me dio". Un ejemplo de humildad, un personaje que ganó todo dirigiendo a Italia en los 90 (exceptuando una fatídica final olímpica contra Holanda) y que revolucionó este deporte en Irán, que volvió a su país a tratar de capitalizar en logros el talento de una generación única.

Velasco entiende el deporte como ninguno, sabe de qué se trata. El voley es sencillo, es simple, ya está todo inventado, esa es la filosofía de juego que transmite a sus jugadores. Tiene una idea que hoy escasea en cualquier disciplina: Velasco no se casa con ninguno. Hoy, Argentina lo disfruta, aprende de él, se regocija en su sabiduría.

Argentina ganó la medalla de oro en los Panamericanos tras ganarle la final 3-2 a Brasil, el eterno rival. Con altibajos, metió una remontada heroica en el cuarto set, que llegó a tenerlo 7 puntos abajo. Los protagonistas fundamentales en el cierre fueron Martín Ramos, en su rol de opuesto, y Luciano Zornetta, las convocatorias más cuestionadas por varios. ¿Paradoja? No. Si el entrenador lo decidió así, por algo debe ser. El equipo, salvo por Facundo Conte y Sebastián Solé, no tiene titulares, es tan parejo el nivel de los jugadores que dependiendo el momento de cada uno, cualquiera puede jugar. El entrenador así lo sabe y se da el lujo de prescindir de talentos como Alexis González, Rodrigo y Gonzalo Quiroga, Demián González, Federico Pereyra, Facundo Santucci o Cristian Poglajen, por nombrar sólo un puñado.

Reuters
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La Selección viajó a Toronto como principal favorito a subirse a lo más alto del podio, junto al local. Brasil y EEUU llevaron equipos auxiliares, más jóvenes y con poco rodeo internacional, sin embargo, años atrás Argentina también perdía contra estos combinados. Los pibes fueron a Bulgaria a jugar por un lugar en el Final Six (quedaron afuera con Francia, posterior campeón indiscutido de la World League) y viajaron a Canadá sin descanso, algo que ninguna otra selección hizo y nadie destacó.

Salir campeón siempre es difícil. Más allá de los rivales y los contextos, esta victoria nos devuelve algo de gloria y reinserta al voley argentino en los primeros planos a nivel selecciones. El voley argentino vuelve a dar un paso gigante, junto a las medallas de bronce en el Mundial 82 y Séul 88, el oro en Mar del Plata 95, la hazaña histórica versus Brasil en Sidney 2000 y el pasaje al Final Six en 2009.

Comienza la revolución Velasco, los soldados están, los méritos individuales también: Conte y Uriarte son campeones en Polonia, Solé, en Italia, Gauna, en Alemania. De Cecco continúa afianzado como uno de los 5 mejores armadores del mundo, Palacios, Zornetta, José Luis González y Ramos son 4 apuestas enormes, Closter demuestra que lo suyo en el Mundial de Polonia no fue un buen momento. La Liga Argentina crece cada año más, Filardi y Crer fueron los dos principales animadores en la final pasada. El futuro cercano está en el preolímpico, Argentina sabe que debe pensar a largo plazo batallando cada etapa, no puede imaginarse en los JJOO de Río sin antes haber jugado la clasificación. Una vez allí, sí deberá saber que hoy el voley mundial está más parejo que nunca. La World League 2015 fue la gran evidencia, todos los equipos perdieron al menos un partido. Argentina no tiene que sentirse ni más ni menos que nadie, el favoritismo pasará por Brasil, Rusia, Polonia, EEUU, Francia, Serbia e Italia, pero la sorpresa estará al caer.

¿Qué le da el oro a la Argentina? Más allá de la medalla, el primer puesto en los Panamericanos brinda seguridad, lo destaca a nivel local colocándolo después de mucho tiempo en las portadas de todos los matutinos. Situaciones así favorecen muchísimo al deporte, fomenta a las generaciones venideras, aumenta los sueldos de los jugadores y el cuerpo técnico, potencia la estructura de la disciplina, incentiva a la Liga doméstica para que cada vez concurra más gente, cada vez más sponsors quieran ser protagonistas y mejora la calidad de entrenamiento.

Esta presea no se consiguió de un día para el otro: pasaron 10 años para que en 2002 la Selección Menor le gane por primera vez a Venezuela y consiga el pase al Mundial de la categoría.

En 2004 la sub 17 jugó una maratónica final sudamericana vs Brasil en condición de visitante y un año más tarde conseguía un 4to puesto histórico en el Mundial de Argelia (con De Cecco como figura). En 2009, las selecciones de base lograron un 3er puesto en México (Crer, Solé, Conte, Uriarte y Closter formaron parte de ese proceso) y en 2011 un subcampeonato en el Mundial de Brasil (Martín Ramos, como titular indiscutido) nos daban la pauta de que algo importante podía llegar. A nivel selecciones mayores, ¿qué se logró en esa etapa? Ningún título, salvo una clasificación al Final Six de la World League, por primera vez por méritos deportivos. El camino hasta esta medalla de oro fue largo pero aún continúa.

Velasco es el hombre ideal para trabajar en el principal déficit de la Selección, la regularidad. Para moldear a este grupo, para crear a otros, para seguir poniendo el sueño en marcha. La materia prima está, las ganas también, sólo resta tiempo...

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