Lejos de Ricardo Barreda, falleció Berta "Pochi" André, la última mujer del odontólogo que en 1992 asesinó a escopetazos a sus hijas, mujer y suegra. Hacía tiempo que la mujer padecía graves problemas neurológicos y que su salud estaba delicada, informó DyN.
Tras años de noviazgo con el autor del cuádruple homicidio, la pareja se distanció el año pasado cuando el juez de ejecución penal de La Plata Rubén Dalto dispuso que Barreda debía volver a prisión –de la que había salido con arresto domiciliario en 2008- ya que la convivencia entre la pareja se había tornado "peligrosa".
"Evalué el riesgo que la convivencia suponía para André. Dada su situación mental, no está para seguir conviviendo con Barreda. Ésta es la causal para revocar libertad condicional", había explicado el magistrado en su resolución de aquel entonces.
La salud de Berta se había deteriorado mucho este último tiempo por lo que debió abandonar la casa de la calle Vidal al 2300 (en Belgrano) que compartía con el odontólogo e internarse en un sanatorio porteño, donde desafortunadamente perdió la vida.
El periodista y escritor Rodolfo Palacios, autor de la biografía de Barreda titulada "Conchita", había anticipado los maltratos que Berta recibía de Barreda. Descalificaciones constantes como apodarla "Chochán" o rebajar su capacidad intelectual en público haciendo comentarios como: "Para qué vamos a ir al cine si ´Chochán´no va a entender la película".
A pesar de eso, la mujer minimizaba el maltrato verbal y psicológico de su pareja al decir: "'El me dice 'Chochán' cariñosamente'". Las disputas entre ellos comenzaron a subir de nivel, hasta que el año pasado ella acudió a la Justicia y hasta manifestó sentir miedo. Tal es así que la justicia resolvió que el acusado de matar a Gladys McDonald (57), a su suegra, Elena Arreche (86), y a sus dos hijas Cecilia (26) y Adriana (24), debía volver a la cárcel.