El PRO ajusta la logística de cara a las PASO

En el macrismo creen que terminó "la crisis de tres días" que empezó el domingo por la tarde. Una encuesta alimentó el cambio de ánimo. Preocupa el recambio de autoridades de fin de año en Boca

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Otra vez las encuestas. Esta vez, es un empate. Un empate técnico. Es el resultado que arrojarían las primarias del 9 de agosto de acuerdo al sondeo que agitó la cúpula del PRO ayer por la mañana en la habitual reunión semanal del gabinete porteño. Algo así como treinta y cinco puntos para Daniel Scioli y otro tanto para Mauricio Macri en la suma con Ernesto Sanz y Elisa Carrió, sus dos aliados del frente "Cambiemos".

Sepultado el papelón de los encuestadores en el ballottage local del domingo pasado, que en los papeles pronosticaron un holgado triunfo de Horacio Rodríguez Larreta que no tuvo su correlato en los hechos, los popes del gobierno porteño, encabezados por Marcos Peña, tranquilizaron a la tropa con un muestreo que ubicaría a Macri en una posición más que alentadora de cara a las PASO en la polarización con el gobernador bonaerense. No fue el único ítem del temario desglosado ayer por el jefe de Gobierno y sus ministros: entre diversas cuestiones, en el gabinete PRO se volvió a hablar del tironeo con el círculo rojo, ese núcleo de empresarios, analistas y encumbrados periodistas que vuelve a mirar con recelo al ex presidente de Boca Juniors por su giro discursivo de los últimos días.

Superada la elección porteña y la "crisis de los tres días" –así bautizaron en el equipo de comunicación de Parque Patricios a la catarsis mediática tras el ajustado triunfo del domingo-, la más urgente y compleja de las tareas en el PRO pasa por estas horas en ajustar la logística de cara a las primarias, en especial en territorio bonaerense, el distrito más importante para las ambiciones de los aspirantes a suceder a Cristina Kirchner.

A partir de ayer a última hora, los principales referentes y candidatos macristas de la provincia de Buenos Aires empezaron a repartir la primera tanda de boletas en sus distritos, en especial en el tercer cordón del Conurbano bonaerense, el más adverso a los postulantes de Macri y al propio jefe de Gobierno, bastante por debajo de la figura de Scioli. El objetivo trazado por el PRO es que el candidato presidencial no pierda terreno con el gobernador bonaerense, y que María Eugenia Vidal resulte la candidata más votada el 9 de agosto. Los sondeos internos que el macrismo no publicita ubican a la vicejefa dos puntos arriba de Aníbal Fernández, el postulante mejor posicionado en la interna del Frente para la Victoria según ellos. En el gobierno porteño le prenden velas al jefe de Gabinete K: están convencidos de que es el mejor contrincante para enfrentarse en las generales de octubre porque, dicen, le restaría algunos puntos a Scioli. Es, explican, la mejor de las polarizaciones.

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Los encargados de la logística PRO mandaron a imprimir a una conocida gráfica del barrio porteño de Barracas cinco juegos de boletas por cada padrón distrital de la provincia de Buenos Aires. Según confiaron diversos referentes municipales, la estrategia consiste en repartir al menos tres de esos paquetes y guardar otros dos para el día de la elección. Dependerá de cada distrito. En el interior de la Provincia, las papeletas empezarían a llegar hacia el fin de semana.

Lo que resta definir por los referentes de campaña es el lugar –probablemente un galpón- en el que concentrarán la distribución de las boletas que luego deberán hacerle llegar a la sede de la Justicia Electoral, en La Plata, en las vísperas del 9 de agosto, y que posteriormente se reparten dentro de las urnas a los diferentes establecimientos de votación en todo el territorio bonaerense. Es una tarea tan estratégica como el reclutamiento de los fiscales, dos escollos fundamentales que requieren no solo de un trabajo minucioso, sino de un complejo financiamiento. El tope de gastos fijado por ley para las primarias es de $84 millones, que en el caso del frente "Cambiemos" se divide en tres partes iguales. Para octubre, el techo es de unos 164 millones de pesos.

Macri, Sanz y Carrió ya resolvieron esperar juntos los resultados de las PASO en Costa Salguero, el búnker escogido por el PRO en las últimas elecciones. La única diferencia es que esta vez serán dos y no uno los pabellones que ocuparán los candidatos, dirigentes y militantes de la alianza opositora.

Ayer, la líder de la Coalición Cívica se mostró disconforme con el giro discursivo del jefe de Gobierno porteño. "Yo soy antikirchnerista, para mí esto es una dictadura. Yo quiero investigar a los ladrones de YPF. Pero tenemos que estar los tres juntos –por los integrantes del frente- mostrando unidad", abundó la diputada y precandidata presidencial en los micrófonos de radio Mitre. Un rato antes, Macri había vuelto a defender su nueva faceta. "No somos antikirchneristas ni antinada", había dicho en la misma emisora.

Es que como publicó ayer Infobae, el líder del PRO enfocó el último tramo de la campaña de cara a las primarias con una postura menos confrontativa con el gobierno nacional, que será complementada en las próximas horas: más propuestas y menos agravios, según explican los cerebros comunicacionales del jefe porteño.

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Pero además de la logística y del relato de campaña presidencial, vitales para su performance, a Macri y a su entorno también le preocupa otro escenario electoral. Es el de Boca Juniors, cuya resolución tendrá lugar en diciembre y definirá el futuro del macrismo en la institución de la Ribera.

El ex presidente de Boca rodeó al actual mandamás del club, Daniel Angelici, de una selecta mesa de comunicación que se engrosó tras el último clásico con River Plate, que terminó en escándalo por el gas pimienta. La encabeza Peña, el influyente secretario General del Gobierno, aunque Angelici, que quiere ser reelecto, incorporó a ese equipo a Guillermo Seita, secretario de Medios durante el menemismo y estrecho asesor de Scioli desde fines del año pasado. Allí no hay polarización que valga: Seita colaboró en el reciente triunfo de Rodríguez Larreta, del que tanto se mofó el gobernador bonaerense.