Un año después del asesinato de Michael Brown, de 18 años, abatido por el policía Darren Wilson, la Alcaldía de Ferguson nombró hoy a un nuevo jefe policial. El comandante Andre Anderson, afroestadounidense de 50 años, fue designado en el cargo interino, aunque el alcalde James Knowles dijo a la prensa que esperaba que el candidato obtuviera el puesto permanente que se creará tras el nombramiento del director de servicios.
El comandante fue presentado como un "hombre que tiene 24 años de experiencia, particularmente conocido por su talento, no solamente para dirigir sino también para innovar". Anderson, que asumirá mañana sus funciones, indicó que sus primeras iniciativas estarán destinadas a "inspirar confianza y desarrollar el trabajo de la policía en el seno de la comunidad".
Ferguson, una localidad ubicada en el céntrico estado de Misuri (Estados Unidos), fue escenario de violentos disturbios tras la muerte el 9 de agosto de 2014 de Brown, quien fue acribillado por un policía blanco. La muerte generó también un informe abrumador del Departamento de Justicia que describía las prácticas racistas de la policía y de la municipalidad, así como la desigualdad de tratamiento del que eran víctimas los afroestadounidenses.
LEA MÁS: Murió el "maestro de la ficción histórica" de los Estados Unidos
LEA MÁS: Brasil movilizó 4.200 militares a la frontera con Paraguay, Bolivia y Argentina
El caso de Michael Brown no es aislado en los Estados Unidos. El lunes pasado comenzó el juicio contra un oficial blanco de Carolina del Norte acusado de disparar y matar a un afroamericano desarmado en septiembre de 2013. El acusado, Randall Wesley Kerrick, enfrenta un cargo de homicidio involuntario por la muerte de Jonathan Ferrell, de 24 años, en Charlotte.
Según el reporte policial, Ferrell buscaba ayuda en un vecindario desconocido en horas de la madrugada porque su vehículo se había descompuesto, cuando fue interceptado por tres agentes, quienes habían sido alertados por los vecinos de un posible "ladrón" en el vecindario. El joven, un ex jugador de fútbol americano, corrió hacia los oficiales para buscar ayuda, uno de ellos disparó su pistola Teaser pero no logró inmovilizarlo, y Kerrick entonces disparó doce veces contra el joven, que murió en el lugar.