Las alarmas están encendidas en el fútbol argentino. Es que la precariedad con que se afrontan algunas divisionales empieza a cobrarse vidas. Tales fueron los casos de Emanuel Ortega de San Martín de Burzaco (por chocar su cabeza contra un paredón que estaba casi pegado a la línea de fondo del arco) o el de Cristian Gómez de Atlético Paraná (por muerte súbita, abriendo el debate sobre la falta de desfibriladores en los estadios).
Pero dichas tragedias parecen no ser suficientes para algunos. Es que lejos de buscar la manera de solucionar dichas falencias, las mismas se mantuvieron y casi se repite un accidente mortal. Es que fue apenas ayer, dos meses después del fallecimiento de Ortega, que otro futbolista del ascenso se golpeó la cabeza contra una pared y debió ser hospitalizado. Afortunadamente no hubo que lamentar otro siniestro, ya que Javier Rossi de Barracas Central se pudo recuperar.
Debió pasar nuevamente de cerca el susto para que algunos se decidieran a poner manos en la obra. Tal es el caso de Huracán, que hoy comenzó con las tareas para cumplir con la exigencia que AFA lanzó hace un tiempo atrás (en mayo dio un lapso de 90 días para que todos los estadios tuvieran los paredones con protección) y empezaron a colocar colchonetas en las paredes.
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