El Papa se refirió a la polémica por el crucifijo que le regaló Evo Morales

Francisco brindó una conferencia de prensa en el avión que lo trasladó hacia Roma tras la visita a Sudamérica

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El papa Francisco finalizó ayer en Paraguay una gira por Sudamérica que también incluyó a Ecuador y Bolivia. En el país del altiplano, el Pontífice vivió un hecho llamativo cuando el presidente Evo Morales le regaló un crucifijo con la forma de la hoz y el martillo, símbolo del comunismo internacional.

Fuentes vaticanas informaron que Francisco se había quedado perplejo por el obsequio. Este lunes el Santo Padre brindó una entrevista ante los periodistas acreditados que viajaron en el mismo avión que él y aclaró cuál fue su reacción. Las respuestas fueron publicadas por la periodista Elisabetta Piqué en el diario La Nación.

- ¿Santidad, qué sintió cuando vio esa hoz y el martillo con el Cristo encima que le ofreció el presidente Morales? ¿Dónde está ese objeto ahora?

-Es curioso, yo no conocía esto y no sabía que el padre (Luis) Espinal era escultor y poeta encima, lo supe en estos días. Cuando lo vi para mí fue una sorpresa. Segundo, se puede calificar como el género del arte de protesta. Por ejemplo, en Buenos Aires, hace algunos años atrás fue exhibida una muestra de un escultor bueno, creativo, argentino que ahora está muerto (en alusión al artista León Ferrari y la fuerte polémica que generó su retrospectiva en el Centro Cultural Recoleta, en el año 2004, cuando Bergoglio era cardenal). Era arte de protesta y yo recuerdo uno que era un Cristo Crucificado sobre un bombardero que iba bajando. Era una crítica del cristianismo aliado con el imperialismo que bombardea. Entonces primero yo no sabía nada, segundo yo lo calificaré como arte de protesta que, en algunos casos, puede ser ofensivo. Tercero: El padre Espinal fue asesinado en el año 80. Era un tiempo en el cual la teología de la liberación tenía muchas ramas. Una de esas ramas proponía el análisis marxista de la realidad. Padre Espinal pertenecía a esto, eso lo sabía porque en esos años yo era rector en la facultad de teología y se hablaba mucho de esto. Cuáles eran las diversas ramas y quiénes. En el mismo año el general de la Compañía de Jesús mandó una carta a toda la compañía sobre el análisis marxista de la teología. Un poco frenando y diciendo: esto no va, son cosas diversas, no es justo, no van y cuatro años después, en el 84, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó el primer documento pequeñito, una primera declaración sobre la Teología de la Liberación que critica esto. Después vino el segundo, que abrió las perspectivas más cristianas, estoy simplificando, ¿no? O sea, hagamos la hermenéutica en aquella época, aquí no. Espinal era un entusiasta de este análisis de la realidad marxista y también de la teología usando el marxismo. De esto vino esta obra que, también las poesías de Espinal eran de ese género, de protesta pero era su vida, era su pensamiento, era un hombre especial, con tanta genialidad humana y que luchaba, él tenía buena fe. Haciendo una hermenéutica como esta lo comprendo. Para mí no fue una ofensa, pero tuve que hacer esta hermenéutica y lo digo a ustedes para que no existan interpretaciones.

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i-¿Dónde quedó la cruz?/i

-La traigo conmigo. El presidente Morales quiso darme dos condecoraciones, la más importante de Bolivia y la otra es la Orden del padre Espinal, un nuevo orden. Si yo me los llevo: bueno, primero, jamás recibí una condecoración, no me viene. Él lo hizo con buena voluntad y con el gusto de darme un gusto y pensé que esto viene del pueblo de Bolivia y recé para saber qué hacer con esto. Si me lo llevo al Vaticano irán a parar al Museo, terminará ahí y ninguno jamás las verá entonces pensé en dejárselo a la Virgen de Copacabana, la madre de Bolivia, y las dos condecoraciones que he recibido irán al santuario de Copacabana. En cambio el Cristo lo traigo conmigo. Gracias.

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Coca, ¡no!

Durante el viaje, el Papa se refirió a su "secreto" para mantenerse con energías durante una gira extenuante que se prolongó por 8 días y durante la cual realizó actividades a 4000 metros de altura en La Paz. "El mate me ayuda, pero no probé coca, eso está claro, ¿no?", aclaró entre risas el Pontífice.

Las azafatas del vuelo que lo había trasladado de Ecuador a Bolivia habían declarado que Francisco había tomado un té de hojas de coca, flores de manzanilla y semillas de anís para prevenir los efectos de la altura. Es más, funcionarios de Bolivia habían dicho antes de la visita que el Pontífice había pedido hojas de coca para mascar. Finalmente no sucedió.