Ante una multitud de jóvenes cristianos y horas antes de regresar a Roma, el papa Francisco ofreció una misa en la costanera de Asunción, Paraguay. El pontífice escuchó en primera persona los padecimientos de dos niños pobres, Liz y Manuel, y sus historias de fe en el escenario. Cuando le tocó hablar frente a los miles de creyentes, fue ovacionado.
"Tenemos que tener el corazón libre, que pueda hacer lo que piensa y lo que siente. ¡Ese es un corazón libre!", dijo el Papa antes de pedir un rezo. También señaló que hacer lo que a cada uno le gusta en cada momento es una "falsa libertad". "No hay que ser como Poncio Pilato, no hay que lavarse las manos", destacó en referencia a la juventud. Francisco pronunció su discurso sin leer.
El pontífice pidió ayudar "con solidaridad y amor" a los jóvenes en situación de vulnerabilidad. "La desesperación los lleva a la delincuencia, a colaborar con la corrupción. La vida no es fácil para muchos jóvenes. A esos chicos les tenemos que decir que queremos darles solidaridad y esperanza", sostuvo.
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"Solidaridad, trabajo, esperanza, esfuerzo, conocer a Jesús, conocer a Dios y fortaleza, ¿un joven que vive así tiene el corazón triste? No. Ese es el camino. Pero para eso hace falta sacrificio, andar contracorriente", exhortó. Por último, señaló: "Hagan lío pero también ayuden a arreglar y organizar el lío que hacen. Un lío que nos dé esperanza, que nazca de haber conocido a Jesús".
"Hagan lío pero también ayuden a arreglar y organizar el lío que hacen"
Desde temprano, decenas de miles de jóvenes recorrieron las calles del centro histórico de Asunción entre cánticos y ataviados con banderas paraguayas y del Vaticano, según el diario ABC Color. Aunque el evento convocaba a la juventud, adultos, ancianos y enfermos también llegaron al lugar para escuchar al sumo pontífice en su penúltima parada antes de dar por finalizada la histórica visita a Paraguay.
Se veían, además, banderas argentinas: se calcula que unos 150.000 creyentes cruzaron la frontera. Uruguayos y brasileños también participaron de la última misa del Papa, quien llegó el domingo pasado a Ecuador y luego se trasladó a Bolivia antes de su parada en Paraguay. "Te queremos, Papa, te queremos", cantaron miles de personas durante las palabras finales del pontífice.