, que apenas dejan al descubierto los ojos, y armadas con
, las integrantes de la
recorren los territorios controlados por la organización yihadista en
a la caza de otras mujeres, generalmente jóvenes.
En algunos casos buscan infundir temor y castigan a las que se alejan de las estrictas normas morales impuestas por el Estado Islámico. Pero en otros, su trabajo consiste en secuestrar chicas bonitas para convertirlas en esclavas sexuales de los militantes varones.
La Sharia de ISIS es casi imposible de cumplir para las mujeres. No pueden trasladarse más de unos metros sin estar en compañía de un familiar hombre, tienen que esconder completamente su cuerpo, usando un vestido encima de otro, guantes, y tres velos superpuestos, para que ni siquiera estando al lado se les pueda ver la piel.
Tampoco pueden hablar en la calle. Sólo que alguien escuche su voz sería gravísimo. Ni siquiera tienen mínimos márgenes de libertad en sus casas, donde no pueden mirar por la ventana o asomarse al balcón.
Los castigos que aplica la brigada Al-Khansa para quienes violan estos códigos pueden ser variados. Hay historias de jóvenes que han sido enterradas vivas en la arena, que murieron por asfixia. En otros casos son más "benévolas" y dan la opción de elegir entre ser golpeadas a mano limpia, o con látigos.
Es frecuente que realicen redadas en los buses de pasajeros, para controlar que nadie viole las normas. Si ven a una mujer mal vestida, impiden que el vehículo siga su camino y castigan a todos, pasajeros y conductor, por permitirle a la "infiel" viajar con ellos.
Una maestra siria que logró escapar del área de influencia de ISIS después de haber sido prisionera de este comando, contó en una entrevista con Channel 4, de Reino Unido, algunos pormenores. Por ejemplo, que la torturaron porque se le podían ver los ojos a través de la burka.
Pertenecer a esta Gestapo es un verdadero privilegio. Su integrantes, entre quienes hay muchas extranjeras -particularmente británicas- pueden recibir salarios de hasta 160 dólares, una fortuna en esas tierras.
Umm Abaid, también siria, es una ex agente arrepentida de Al-Khansa, que también huyó y habló con Channel 4. "Recuerdo que una vez vi a una mujer que caminaba en la calle junto a su marido y estaba vestida con una burka que tenía algunos dibujos. La arresté, la llevé hasta nuestra base y la azoté a latigazos con mis propias manos", contó.