Fernando Lúpiz y la esgrima: "No somos descartables, somos representantes de un país"

El actor habló con Teleshow de la Medalla de Oro que ganó en Venezuela, del nulo aporte del Estado a los deportistas de bajo rendimiento y del actual momento de la televisión argentina

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"El deporte es maravilloso", es una de las primeras frases que cruzó Fernando Lúpiz con Teleshow. A quien tanto se lo identificó como actor, también tiene otra una pasión: la esgrima. Pero no es un hobbie que practica cuando se hace un hueco entre los espectáculos, sino más bien su actividad principal ya que hace una semana ganó la medalla de oro en los Juegos Sudamericanos disputados en Venezuela.

Llegó al estudio de Teleshow en moto demostrando que, a sus 62 años, lo que prima es la adrenalina. "Tengo que andar más despacio", le dijo bromeando a su asistente que lo miró con un poco de enojo. A Lúpiz se lo ve atlético, galán, de buena postura y sobre todo con mucha energía. Gracias a su padre, a los 14 años se lanzó a la esgrima y a los 16 empezó en un sinfín de torneos en representación del país. Pero en ese viaje a Venezuela el Estado, particularmente la Secretaría de Deportes, no lo ayudó a solventarse ni siquiera el viaje. Pero él no se desanima: "Me gustaría pelear un título mundial. Y a mi edad es importante".

El esgrimista

Lejos de la actuación y con la mente aguda como cualquier deportista piensa en el futuro y cómo entrenarse para llegar óptimo a su próxima contienda, pero siempre con un tono bromista: "La esgrima no es muy popular acá, sí en Europa que hasta en los colegios hacen esgrima. Es una disciplina muy buena para la formación de los chicos. Yo despunto el vicio ahora en Veteranos y cómo verán que peino canas y que ya pasó toda mi etapa y todo esto de doble entrenamiento a diario pero bueno, sigo yendo al club, y esto que ahora me dio el pase para ir al Mundial que se hace en octubre en Limoges, Francia, voy a tener que entrenarme realmente y verdaderamente a conciencia. No quiere decir que no me entrené para este sudamericano pero para un mundial la exigencia es mayor".

Con una experiencia importante -participó en tres Juegos Olímpicos y tres Panamericanos ganando varias medallas- Lúpiz no afloja y continúa en el deporte. "Siempre hice esgrima paralelamente a la actuación porque a mí el esgrima me mantiene en forma. A veces juego al polo en bicicleta, juego al fútbol, hago esgrima, estoy ligado al deporte constantemente. Esto de poder competir en Veteranos, encontrarme con viejos esgrimistas de hace tantos años, divertirme, saber que la presión no es la misma que la de alta competencia. Y además me lo solvento yo, no tengo que responderle a ninguna institución ni a la Secretaría de Deportes ni al Comité Olímpico, todo esto se lo banca uno, entonces soy dueño de mí mismo, de divertirme, pero sí, obviamente que tengo el espíritu de querer ganar, porque el que hace esgrimas es para tocar y no ser tocado, como el boxeo, que no te llegue ninguna piña y vos tratar de poner la mayor cantidad posible", comentó.

Pero la esgrima también le trajo momentos complicados, como la vez que –a principios del 2014 en el espectáculo Zorro, el tesoro de la Montaña Azul- tuvo un accidente en el ojo izquierdo y casi quedás ciego. "Fue en un espectáculo en Mar del Plata. Una equivocación, un error y se fue la rutina que se perdió en ese momento y me cortó la córnea, de tres milímetros a cinco milímetros, y el cristalino me lo abolló. Me produjo una catarata así que de acá a un año o dos me voy a tener que operar, pero gracias a Dios veo bien. Y no me impidió terminar el espectáculo", recordó.

¿En qué situación está el deporte?

La situación de la esgrima no parece ser la ideal, porque de alguna forma desmantela las grietas en el apoyo del Estado al deporte nacional. Lúpiz, veterano en plena actividad, no recibió el apoyo necesario para poder viajar a Venezuela a competir. "Yo envié una sola carta a 'Camau' [Carlos Mauricio Espínola, asignado en febrero del 2014] que es el presidente de la Secretaría de Deportes. No sabía cómo escribir la nota porque no tenía ni buzo, ese es el entre líneas. Le dije que si me podían atender para explayarme en alguna necesidad que tuviera pero yo me bancaba todo porque sé que la Federación Argentina de Esgrima no tiene presupuesto para Veteranos, entonces obviamente recurro a la Secretaría de Deportes pero bueno, no les importará. Les importa el alto rendimiento", contó.

"Es necesario no solamente tener el apoyo en los atletas de alto rendimiento sino en el semillero porque es ahí donde nosotros vamos a rescatar a los chicos para que no estén en la calle o sin saber qué hacer, sin imaginarse que pueden representar al país, que pueden ser embajadores, que pueden tener gracias al deporte que practiquen una apertura maravillosa en la vida, y todo eso está en el semillero".

Luego se refirió a la falta de amparo a los más chicos y de la situación que atraviesa el pueblo venezolano: "Los chiquititos, los esgrimistas que iban a competir allá en Venezuela donde yo estuve la semana pasada no fueron por temor a la inseguridad que hay en Venezuela, que es verdad, yo la viví, la palpé. Es duro, como sudamericano me duele que esté tan oprimido el pueblo, me duele muchísimo y es bueno que lo diga. Y no había ningún oficial de esgrima que le pagaran el viaje para llevar a los chicos. Ni siquiera había apoyo para los chicos. Y los chicos tienen que viajar, son ellos los que en el futuro van a querer ser esgrimistas de alto rendimiento y crecer y crecer... así en todos los deportes. No somos descartables, somos representantes de un país, somos embajadores, somos los que mostramos y hacemos publicidad con nuestro nombre cuando ponen 'Argentina salió campeón en tal cosa'".

Además, manifestó la importancia de los valores que inculca el deporte: "En GEBA, que es mi segunda casa, en la sala de armas cada vez que un alumno o alguien que pertenece a la sala cumple años tiene la obligación de traer algo para los compañeros. Se para el entrenamiento, se detiene, y en la mesa se reúnen todos alrededor y uno es nombrado para que hable sobre la persona. Eso no pasa en muchos lugares, nosotros lo mantenemos porque así sea un chico nuevo que cumple años tenemos que conocerlo. Es un deporte muy bello y muy formativo".

La herencia de El Zorro

Guy Williams fue -además de del mítico actor que representó a El Zorro en la serie de Disney que aún hoy es trasmitida por la televisión argentina- su amigo. Juntos recorrieron América Latina en un espectáculo circense donde Lúpiz interpretaba al Capitán Monasterio luciéndose con las espadas frente a la mirada atónita de los niños. Se conocieron porque el estadounidense buscaba un esgrimista para hacer una exhibición creíble. En la farsa del espectáculo muchos le ponen un botón a la punta para no lastimarse, pero este no era el caso.

"Guy necesitaba en su momento un esgrimista que tuviera mucho manejo de la punta porque es peligroso y él no hacía con protección, hacía con espada verdadera entonces había que estar atento. Para mí fue una gloria poder conocerlo y poder estar conviviendo con él durante... ¡16 años casi! 750 shows, me sentí un elegido, una cosa muy extraña", recordó con alegría.

El estado de la televisión: "Hay que tener más creatividad"

La televisión ha mutado de una forma extraordinaria y un actor como Lúpiz percibe ese cambio, lo siente. Los programas de archivo con muchos panelistas opinando, los realities, los ciclos informativos del espectáculos, las series y novelas más desechables si es que no alcanzan el rating indicado. "Tenemos un nivel de televisión que hace que sea una de las mejores del mundo. Pero lo que ha pululado mucho son estos programas de chimentos y de enojos entre la gente que creo que provocan algo adverso. No es bueno que mostremos todas las porquerías y las peleas y las estupideces. Eso no me gusta", manifestó pensativo.

Y luego se refirió al programa cumbre de los últimos años de la televisión, Bailando por un Sueño: "Después con un programa de mucho éxito como el de Tinelli todos hablan de eso es muy fácil. Es como que se rascan los huevitios más algunos. Yo creo que hay que tener más creatividad. Tenemos una técnica que es maravillosa: iluminadores, sonidistas, vestuario, maquillaje... todo eso es fabuloso. Está faltando un poquito más la creatividad de los que manejan la televisión en hacer buenos espectáculos".

El presente de Lúpiz es próspero. Tiene su propia productora con la que produce espectáculos teatrales desde hace ya 5 años y pronto se sumará a La jaula de las locas, la obra que dirige José María Muscari. "Todo se lo debe al esgrima", dijo entre risas.

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