Realmente estremece escuchar a Sebastián Méndez, que desde hace siete meses estaba instalado en Jujuy con la misión de devolver a Gimnasia a la Primera División. Con irregularidad pero más buenas que malas, el ex jugador de Vélez y San Lorenzo supo depositar al "Lobo" entre los primeros cuatro de la B Nacional, pasada la primera ronda del campeonato.
Pero después de la última goleada en contra en territorio norteño (4-1 ante Juventud Unida de Gualeguaychú), se despidió. Más allá de este puntual resultado adverso, la situación del equipo es expectante, a 9 unidades del líder Patronato y metido de lleno en el Reducido por el ascenso, del que participarán del segundo al quinto lugar. A más de uno le llamó la atención la renuncia, pero hubo una razón extrafutbolística.
"Los últimos meses fueron muy difíciles, con un robo en el medio a mi ayudante. Cuando se amenaza, no se hace, pero es una locura vivir así. Seguían las amenazas, insultos, era insostenible y no vale la pena quedarse en un lugar donde no te quieren", manifestó el DT, quien confirmó los llamados extorsivos para que abandonara la provincia junto a su familia.
Agradeció el apoyo de los dirigentes, que hasta llegaron a montarle seguridad en la casa para resguardar a los suyos, pero no hubo caso: "La violencia es cada vez mayor; siempre trabajé en el fútbol pero cuando pasan cierto punto y corre riesgo la integridad de tus hijos hay que poner un freno". La nota concedida a TyC Sports dejó muy en claro su determinación.
Cabe mencionar que en la actualidad, las facciones de la barrabrava de la entidad jujeña son cuatro y se ubican una en cada costado de la cancha, cuando los cotejos son en condición de local. Las más reconocidas son "La Banda de la Flaca" y "Los Marginados".