En la Semana Social de la Iglesia, dirigentes dijeron que pobreza y narcotráfico son problemas "estructurales"

Políticos, empresarios y líderes sociales debatieron en Mar del Plata en el segundo día del evento organizado por la Iglesia, y coincidieron en que "el trabajo es el gran ordenador social"

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Dirigentes sociales, políticos y empresarios del comercio participaron de la segunda jornada de la Semana Social de la Iglesia en Mar del Plata.

En el marco del debate sobre Marginación y Pobreza, organizado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social (Cepas), el secretario de Acción Social de la CGT, Jorge Sola, aseguró que "Argentina padece una pobreza estructural" que "ya no es transitoria, sino que se transforma en un núcleo duro". Además, consideró que "el trabajo genuino" es "la solución al problema" porque "el trabajo es el gran ordenador social".

"Hay que recuperar la cultura del trabajo, hay una tercera generación de planes sociales, y no pueden ser eternos, porque éstos son paliativos para una coyuntura. Si se eternizan no estamos dando herramientas para salir de esta generación", explicó Sola.

En tanto, el precandidato a vicepresidente por la Coalición Cívica, Héctor "Toty" Flores, dijo que "no hay dudas que existen pobres en la Argentina" y que para verla "hay que transitar los conurbanos". "Hemos pasado de una cultura del trabajo, a una cultura de la supervivencia, del vivir el día a día. Y de esa cultura, hoy se llega a la de la marginalidad", consideró Flores.

Fabián Tarrío, de la Federación de Centros Comerciales a Cielo Abierto, que integra la CAME, dijo que "debemos reconocer al otro como un sujeto, ponernos en su lugar y favorecer la verdadera inclusión que se da con el trabajo. Es fundamental que tengamos trabajo", explicó Tarrío.

En otro panel de expertos, el ex jefe de la Policía Metropolitana porteña Eugenio Burzaco dijo que, "en los últimos 15 años en materia de narcotráfico, en Buenos Aires el aumento fue constante."

"La decomisación por ejemplo, aumentó un 800 por ciento en diez años", sostuvo Burzaco y agregó que "hay una presencia débil del Estado; hay una fuerte presencia de narcotraficantes; en la Argentina hay facilidad de lavado de dinero; los organismos de control como la Sedronar tienen muchas carencias; y hay fallas en la cooperación internacional."

Alfredo Pou, de la CGT Mar de Plata, indicó que "el consumo y el problema de drogadicción y narcotráfico no es sólo nacional, sino que es un problema globalizado" y al referirse a los pilares de la lucha, describió: "El trabajo digno es el medio para alcanzar el desarrollo personal y de la familia. Programas de empleo digno para la reinserción".

Por último, Patricia Messio, de la Secretaría Asistencia y Prevención de trata de personas del Gobierno de Córdoba, sostuvo que "las víctimas son llevadas a ser adictos. Son vaciadas de derechos, por eso hay que hablar de inserción y no de reinserción, porque nunca pudieron insertarse. Es una responsabilidad pública inmensa".

Finalmente, durante el debate sobre corrupción y transparencia en la administración pública, el profesor de ciencias políticas y asesor del GEN, Alberto Föhrig, indicó que "en estos 32 años de vuelta de la democracia, Argentina tiene contados los dedos de las manos casos resueltos de corrupción, un problema severo de impunidad".

Además, calificó de "inadmisible que actores principales del poder con denuncias, indagatorias y eventuales condenas de hechos graves de corrupción", como el vicepresidente Amado Boudou, "sigan descaradamente en su puesto".

Adriana Amado, presidente en Centro para la Información Ciudadana, dijo que la corrupción "es una cuestión estructural, pero también es cultural y en la medida en que no se abra esa ventana que permita entender qué hacer con la corrupción, no lo vamos a entender".

Por su parte, el secretario general de ATE porteño e integrante de la mesa directiva de la CTA, José Luis Matassa, cuestionó al INDEC porque "ha sido teñido de corrupción a través de la intervención que hizo el gobierno nacional".

Además, criticó que el organismo "no tiene los índices de pobreza o de indigencia" y que "si no se sabe cuántos pobres hay en Argentina, cómo puede ser capaz el gobierno de turno de elaborar políticas públicas para traer soluciones de esos males sociales".

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