Tras el atentado islámico perpetrado en Francia este jueves, el diario francés Libération publicó un extenso perfil del presunto terrorista.
"El hombre en custodia se negó a identificarse, pero su nombre fue revelado por el ministro del Interior Bernard Cazeneuve unas horas más tarde frente a las cámaras", señala el medio galo.
Yassin Salhi, de 35 años, casado y con tres hijos, es sospechoso de ser el autor material del atentado contra una fábrica de productos industriales en Saint-Quentin-Fallavier (Isère), que dejó un muerto y dos heridos. Este chofer de una empresa de transporte podría ser quien decapitó a su jefe de 54 años, antes de estrellar su vehículo contra la fábrica para hacerla explotar. El hombre fue finalmente neutralizado por un bombero y puesto bajo custodia en un hospital de Lyon.
El periódico señala además que la familia Salhi –que los vecinos describen como tranquila y que en ningún momento fue identificada por los servicios sociales– vive desde hace seis meses en el primer piso de una residencia HLM (viviendas de alquiler moderado), en Saint-Priest.
"Somos musulmanes normales. Hacemos el Ramadán. Tenemos tres hijos y una vida familiar normal", dijo con lágrimas la esposa del sospechoso a la emisora Europa 1, justo antes de ser detenida por agentes de la policía de la Brigada de Investigación e Intervención (BRI, por su sigla en francés). Otras dos personas, incluyendo a su hermana, fueron puestas bajo custodia.
"Yassin Salhi, que nació el 25 de marzo de 1980 en Pontarlier, pasó sus primeros veinte años en esta ciudad enclavada entre las montañas del Jura, en la frontera con Suiza. Su madre, de origen marroquí, volvió a vivir en Marruecos después de la muerte de su padre, de ascendencia argelina", escribe el periódico.
En Pontarlier, Yassin Salhi era conocido por su cercanía con un hombre apodado "Gran Ali", que pasó por Egipto y fue acusado de participar en un atentado en Indonesia. El hombre converso y especialmente virulento, habría intentado anteriormente tomar el mando de una de las mezquitas de Pontarlier, a principios de los años 2000.
"Es probablemente en aquel momento que Yassin Salhi empezó a radicalizarse. Sus relaciones con el "Gran Ali" le valieron estar en la mira de la brigada de Información General (RG, por su sigla en francés) en 2004, que a su vez, habría alertado a la Dirección de Vigilancia del Territorio", sostiene el diario Francés.
En 2006, Yassin Salhi fue fichado "S" por su "radicalización en relación con el movimiento salafista". Esta clasificación, reservada para los individuos que amenazan potencialmente la seguridad nacional,
implica informar a las autoridades en caso de que quiera pasar una frontera. Pero "por falta de pruebas", según Libération, Salhi no volvió a ser fichado, y la vigilancia fue levantada en 2008.
La policía encontró rastros de Yassin Salhi en 2011, en Besançon, donde se instaló con su esposa y sus hijos. El hombre llevaba la vestimenta tradicional musulmana y la barba, pero salvo por su
apariencia física, no llamaba la atención.
A finales de 2014, se trasladó nuevamente con su familia a Saint-Priest, pero según varias fuentes a las que tuvo acceso Libération, conservó una base en el barrio en Besançon, y empezó a multiplicar las idas y vueltas entre ambas ciudades.
"Yo veía a su esposa y a sus hijos, pero para ser honesto, ni siquiera sabía que había un hombre viviendo en ese apartamento", dijo uno de sus vecinos en Saint-Priest.
En Planoise, sin embargo, es más conocido. Una vecina incluso señaló a las autoridades, en 2014, que Salhi se encontraba en el edificio con otros hombres musulmanes –algunos con uniforme–, y hablaban entre ellos del yihad, Siria y Mali. Sobre la base de este testimonio, los servicios de inteligencia de la gendarmería realizaron una investigación pero no lo ficharon.
El fiscal de París, Francois Molins, afirmó sin embargo que "entre 2011 y 2014, Yassin Salhi siguió llamando la atención de los servicios de inteligencia", pero no explicó por qué esta vigilancia resultó
ineficaz.