Bulimia y anorexia: el debate de fondo de la película y el libro Abzurdah

"Abzurdah me ayudó a superar todo lo que me pasó", confiesa Cielo Latini, autora del libro que inspira a la película que convoca especialmente al público adolescente y a sala llena. A solas con Infobae cuenta detalles de su propia historia

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El libro Abzurdah de Cielo Latini

que inspiró a la película homónima actualmente en cartel cuenta a modo de autobiografía, como fue su adolescencia: un tramo de su vida en el que

tuvo que lidiar con el desamor, los trastornos en la alimentación, autoflagelación y hasta un intento de suicidio.

En diálogo con Infobae, la autora explica por qué hay que conocer la historia:

"La película justamente habla de temas que son tabú.

Uno no se sienta con sus padres o amigos a hablar de eso. La persona que está sufriendo un desorden alimenticio se lo guarda para sí mismo y se repliega. Trata de no contarlo porque es algo muy privado y que duele demasiado".

La historia nos habla de una adolescente que atraviesa problemas de depresión, producto de una relación amorosa fallida. Es por eso que empieza a "hacer de todo" para llamar la atención de aquel joven.

De la mano de Ana y Mía – bulimia y anorexia- creyó que podría recuperar ese amor haciendo cada vez más notable esas enfermedades. Aunque ella piense que no da ninguna señal de alarma a sus padres y amigos que indiquen que está enferma, su extrema delgadez, terminará mostrando que

"

ese estilo de vida" que promovía con su comportamiento, en verdad, la estaba matando poco a poco.

"Cuando creé el blog "Me como a mí" estaba muy enferma. Allí nos alentábamos entre nosotras, pero no para estar mejo

r. Cada uno elegía si quería comer o no y qué hacer con su cuerpo. Era una anarquía del cuerpo, pero hoy entiendo que no es así", cuenta Latini".

En historias como las de Cielo, los protagonistas insoslayables son los padres. El apoyo familiar es de vital importancia y la ayuda de un especialista es indispensable para el paciente y su círculo.

Es por eso que no se debe cometer el error de subestimar las señales y pedidos de ayuda de ningún tipo.

"Creo que nadie tomó real magnitud de la tristeza que yo tenía. Esa tristeza y depresión derivó en algo tan duro como es la anorexia o un intento de suicidio".

Años después de haber pasado por ese infierno se define como una mujer con más herramientas para enfrentarse con los obstáculos con los que día a día nos enfrentamos:

"Siento que maduré y tengo otra perspectiva de la vida porque entiendo mucho más lo que me pasó".
La mirada de los especialistas
Según la Cruz Roja se estima que una de cada 100 adolescentes padecen anorexia nerviosa y 4 de cada 100 tienen bulimia nerviosa.

Entonces,

¿qué son la bulimia y anorexia? En diálogo con Infobae, la doctora Graciela Onofrio, médica psiquiatra y miembro de la World Psychiatric Association (WPA) dice que el nudo sintomático de la anorexia y la bulimia nerviosa es la baja autoestima y la convicción errónea que tienen las personas que las padecen que si consiguen estar muy delgadas van a sentir mejor su propia estima.

Además aclara que aunque a muchos les cueste reconocer se trata de enfermedades que se originan en la psiquis.

"En el caso de personas con anorexia nerviosa, se logra a veces con mucho esfuerzo, luchando contra la sensación subjetiva de hambre, ir reduciendo la cantidad y modificando la calidad de los alimentos, siempre con un gran nivel de estrés que afecta secundariamente a estos pacientes.

Algunos de los alimentos preferidos en la infancia son brutalmente rechazados y excluidos de las dietas por estos pacientes.

Las personas que padecen bulimia nerviosa tienen frecuentemente grandes comilonas que después se ven obligadas a compensar de algún modo para no subir de peso ya que se trata del mismo problema: la creencia errónea de que si bajo de peso, va a subir la autoestima",

agrega.

A continuación, las características de las personas que padecen esta enfermedad

A veces no se trata de un patrón de comportamiento característico de un momento de la vida. Lo que sucede es que esas actitudes que a simple vistas parecen aisladas, pero en realidad, son señales de alerta que dan cuenta de la presencia de trastornos en la alimentación.

La nutricionista Mónica Katz explica que algunos de esos signos pueden ser la realización de una dieta para adelgazar seguida a rajatabla, la fascinación por la propia pérdida de peso, irritabilidad, obviar amigos o salidas, evita estar a la hora de la comida, desparramar la comida en el plato pero comer poco, controlar como se cocina, cuanta grasa o aceite se coloca en una comida, entre otros.

Es por eso que

la detección temprana de la enfermedad y el conocimiento del sufrimiento de aquel que la padece, son dos de los primeros pasos para poder combatirlas.

Algunos de esos signos son los siguientes

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