Paritaria de aceiteros, el actual modelo a seguir del resto de los gremios

Estuvieron casi un mes de huelga y finalmente consiguieron un aumento que supera largamente la pauta oficial del 27% y desbarata la ingeniería "antiinflacionaria" montada por Kicillof. Hoy se reúnen Moyano, Barrionuevo y Micheli para ajustar aspectos organizativos de la huelga del próximo martes

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A poco estuvieron de cumplir un mes de huelga. Resistieron lo indecible la presión del Gobierno y de los empresarios del sector para que se bajaran de un reclamo que superaba largamente la pauta oficial del 27 por ciento. Pero al final los trabajadores aceiteros se dieron el gusto de reír último, al conseguir un 36 por ciento de aumento salarial. Se convirtieron así en el actual modelo a seguir de las organizaciones sindicales que todavía no actualizaron sus sueldos.


Entre otras reivindicaciones, los aceiteros lograron llevar a 14.300 pesos el salario básico de la actividad, apenas un cuatro por ciento menos de la pretensión original que tenían. Pero ese haber inicial también es, comparativamente, casi un 70 por ciento superior a lo que hoy cobran aquellos que arrancan a trabajar bajo el convenio de la Unión Obrera Metalúrgica, de acuerdo a lo que a duras penas consiguió Antonio Caló, jefe de la CGT oficialista.


Tal cual: ahora, al igual que lo hizo la Federación de Trabajadores Aceiteros, todos los gremios plantean incluir en sus negociaciones la discusión "por afuera" de cláusulas particulares (presentismo, antigüedad, turnos rotativos) o de diversas subas no remunerativas que terminen configurando incrementos de bolsillo que desbaraten la ingeniería "antiinflacionaria" montada por Axel Kicillof.


Hoy llueven elogios del sindicalismo sobre el gremio que lidera Daniel Yofra, pero esto no los conmueve, al punto que recién el lunes van a definir si al otro día se pliegan al paro general de 24 horas decretado por el sindicalismo opositor. Con todo, hasta anoche, el ánimo de los aceiteros era no sumarse a la huelga, en respuesta a la manifiesta falta de solidaridad que tuvieron de parte de las cinco centrales sindicales durante los 25 días que duró el conflicto, con piquetes en los accesos de las terminales portuarias de Rosario.


"La verdad es que no llamó ni apareció nunca nadie. Estoy amargado con eso. El frío, la incertidumbre, el miedo a perder el trabajo... Nos la bancamos los trabajadores solos, con el apoyo de nuestras familias nada más", admitió Yofra a Infobae, aunque sí destacó como excepciones a la regla el acompañamiento del ex jefe de la CTA y actual diputado nacional, Víctor De Gennaro (planteó incluso el tema en la Cámara) y de la militancia del Partido Obrero.


Bonaerense, de 47 años, Yofra es una rara avis del espinel sindical. Autónomo de partidos y de actores políticos, él se describe como un dirigente gremial independiente. Posicionó al gremio en la CGT de Hugo Moyano, pero desde un muy bajo perfil protagónico. "Si querés defender a los trabajadores, no podés estar metido en política", asegura el titular de esta organización surgida en la década del 40.

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En el comunicado que hizo el gremio anunciando el acuerdo en la paritaria aceitera, la única figura que se destaca como modelo de lucha es la del fallecido Horacio Zamboni, un abogado laboralista, de izquierda, que por poco zafó de las garras de la Triple A primero y de la última dictadura militar después. Se lo reconoce como un ícono de grandes pulseadas sindicales en el cordón industrial rosarino. Esto podría dar una pista del perfil ideológico del gremio.


No en el mismo porcentaje que los aceiteros, también lograron aumentos apenas superiores al 30 por ciento los trabajadores panaderos, los de la carne y los del vestido. También se han juramentado hacerle pito catalán al 27 por ciento los bancarios de Sergio Palazzo (están a un paso de firmar por un 33%, cláusulas extra mediante), los trabajadores de Dragado y Balizamiento de Juan Carlos Schmid, los de la Alimentación de Rodolfo Daer, y los colectiveros de Roberto Fernández.


En la misma está Moyano, que ayer desde la cancha de Deportivo Español renovó su promesa pública de conseguir para los suyos un porcentaje que comience con un "3 adelante", sí o sí. En un discurso por cierto inflamado, el líder del sindicalismo opositor arremetió contra los funcionarios de la doctora Kirchner: "Son comunistas con la plata de los trabajadores, pero capitalistas con el dinero propio", dijo al fin de un acto que implicó, además, una jornada de paro de los camioneros, que provocó algunos trastornos.


Idéntico tono de confrontación tendrá el documento que alumbren los convocantes al paro, cuando se reúnan hoy por la mañana en la sede de Azopardo para ajustar aspectos organizativos de la huelga. Moyano, Barrionuevo, la CTA de Pablo Micheli y la determinante confederación de gremios del transporte cocinarán un texto que apuntará a resaltar lo que para ellos son los puntos flojos del Gobierno: inflación, política tributaria, deudas millonarias con las obras sociales y los salarios "de miseria" que cobran los jubilados.


Anoche, las plumas que redactaban el borrador del comunicado se preguntaban si incluir o no una severa crítica a los cinco gremios que firmaron sin chistar por un 27 por ciento pagadero en dos veces (UOM, Comercio, UOCRA, UPCN y encargados de edificios).


"La Presidenta no quiere reconocer la inflación. Y debe saber que es una mala noticia negociar por los porcentajes que se manejan en la Argentina, únicos en el mundo. La sola presencia del ministro de Economía, por primera vez en las paritarias en tiempos kirchneristas, habla de la crisis económica en la que estamos metidos", dijo a este medio Schmid, jefe del bloque de gremios del transporte.


En cualquier caso, el sindicalismo opositor, que espera una adhesión multitudinaria al paro, sigue adelante, aún a sabiendas de que el Gobierno difícilmente vuelva sobre sus pasos respecto de algunos reclamos. Consideran que el fracaso de la negociación política es irreversible, desde el momento en que Cristina juzga a sus críticos sindicales como agentes electoralistas de la oposición o como simples promotores de la inseguridad.


Los distintos candidatos presidenciales miran las reyertas en el campo gremial sin comprometer opiniones categóricas. Mientras, Mauricio Macri madura una propuesta de campaña que, de confirmarse, sacudirá a la dirigencia gremial: el líder del PRO le ha pedido a su equipo de colaboradores que elaboren una iniciativa para que aquellos que actualmente cobran un plan de ayuda estatal, puedan conseguir un trabajo en blanco sin que eso implique perder el beneficio. Claro, para eso primero deberá ser Presidente.