La FIFA cuenta 209 países afiliados, 16 más que la ONU, por lo que es marcado como una de las instituciones mundiales más importantes y con mayor injerencia. Lejos de tener un aspecto realmente democrático, este ente futbolístico es dominado por auténticos monarcas que se aferraron a su cargo, especialmente en los últimos años.
Joao Havelange y Joseph Blatter son la cara visible de una transformación de la FIFA para un costado empresarial. El marketing desembarcó con todos sus cañones de la mano de estos dos dirigentes, teniendo en cuenta que el suizo fue asesor del brasileño durante más de una década. Con ayuda de los países de África y Asia, estos directivos ampliaron la participación en mundiales de las Selecciones y agrandaron los países afiliados. A cambio, dominaron la escena de la organización durante los últimos 41 años. Un feudo vestido de democracia.
- Robert Guérin (Francia): 2 años
Elegido el 23 de mayo de 1904 en París, dos días después de la fundación de la Federación con siete federaciones: Francia, Bélgica, Dinamarca, Holanda, España, Suecia y Suiza. Apasionado por aquel prematuro fútbol, era periodista, árbitro y entrenador. Durante su mandato, que sólo fue de 2 años, sumó 8 asociaciones nacionales más entre las que figuraba la Iglesia. Dimitió al no poder llevar a cabo un certamen internacional.
- Daniel Burley Woolfall (Inglaterra): 12 años
Su principal legado fue un reglamento uniforme en el fútbol a nivel internacional, basado en las leyes inglesas de este deporte. Argentina (junto a Chile, Sudáfrica y Estados Unidos) se sumó a la FIFA durante su presidencia, siendo las primeros cuatro miembros no europeos. Fue mandamás hasta 1918, cuando falleció.
- Jules Rimet (Francia): 33 años
Asumió en 1921, unos años después de la Primera Guerra Mundial, y se transformó en el primer gran nombre de la FIFA a la cual salvó de la disolución. Comandó el primer Mundial, disputado en 1930 en Uruguay: el trofeo llevó su nombre hasta 1970. Impulsó, luego de la Segunda Guerra, la participación de Alemania e Italia en las competencias, decisión que le costó mucho rechazo. En 1954, a los 81 años, se erigió como Presidente Honorario y abandonó su cargo oficial. Murió dos años después en Suiza.
Llegó al cargo luego de ser durante 15 años Vicepresidente y fundador de la Asociación Belga de Fútbol. Gestionó la celebración del 50º aniversario de la FIFA en 1954, pero falleció al año siguiente.
- Arthur Drewry (Inglaterra): 6 años
Ejerció como interino durante 6 meses tras la muerte de Seeldrayers y luego fue ratificado en el cargo hasta 1961, año en el que murió. Fue uno de los impulsores para que Inglaterra integre el seno de la FIFA.
- Stanley Rous (Inglaterra): 13 años
Se inició como Árbitro de fútbol y llegó a impartir justicia en la Final de la Copa de su país, como en varios partidos a nivel internacional. Rous, que escribió el reglamento del fútbol en 1938, fue el dirigente que comenzó a ver el fútbol como un negocio, al impulsar las televisaciones de los partidos como una fuente de dinero extra y con publicidad estática en los estadios. Aceptó equipos segregados de Sudáfrica en medio del cruel apartheid. Perdió las elecciones de la FIFA con el brasileño Joao Havelange en 1974 ante la amenaza de boicot de los africanos.
- João Havelange (Brasil): 24 años
El hombre del quiebre final. El fútbol dejó en el camino su espíritu amateur para tomar un color de negocio y espectáculo por sobre el deporte. Tras ser Presidente de la Confederación de Brasil, llegó a la FIFA con la mirada empresarial en sus espaldas. Las grandes marcas aceptaron publicitar los Mundiales monopolizando este aspecto. Apoyándose en África y Asia para validar su cargo, amplió la participación de selecciones de 16 a 24. Con su estrategia de marketing, el fútbol se filtró inesperados como Estados Unidos, China, Japón e India. Declinó su candidatura en 1998 asfixiado por denuncias de soborno y dándole su bendición a Joseph Blatter, su asesor durante una década.
- Joseph Blatter (Suiza): 17 años
Impulsado por Havelange, continuó con su mandato empresarial. Tuvo a Julio Humberto Grondona como mano derecha y se apoyó, al igual que su antecesor, en África y Asía para mantener al frente de FIFA. Llegó luego de ser parte del Comité Olímpico y amparado en los 5 idiomas que domina. Deja la FIFA con 209 asociaciones involucradas y un Mundial con 32 selecciones. Su salida se consuma en medio de un escándalo mundial de sobornos y coimas.