El líder supremo del fútbol mundial obtuvo su quinto período consecutivo en medio del mayor escándalo en la historia del fútbol mundial. Incluso si hubiese perdido, la permanencia de Joseph Blatter en el poder ya es remarcable: 17 años.
En gran medida, su longevidad se explica por el éxito financiero. Una administración compleja, pero con la alcancía cada vez más llena, lo han ayudado. Las circunstancias dejan lecciones para quienes tengan como método manejar el poder de manera maquiavélica en cualquier parte.
Las ganancias de la FIFA entre 2011 y 2014 fueron de 5.700 millones de dólares
. La primera regla de un ejecutivo para sobrevivir: ser exitoso.
Si se preside una empresa que genera toneladas de dinero, tanto que alcanza para repartir a otros, ya se tiene la mitad del camino recorrido para el objetivo de asegurarse un asiento en la mesa del directorio.
Las ganancias de la FIFA entre 2011 y 2014, el último ciclo mundialista, fueron de 5.700 millones de dólares. Es un tercio más de lo que había obtenido en el ciclo previo y más del doble que la suma que recibió entre 2003 y 2006.
La generosidad de la FIFA con otros también se incrementó. Por ejemplo, entre 2011 y 2014 se gastaron 1.000 millones de dólares para desarrollar proyectos relacionados con el fútbol, un tercio más que en el período mundialista previo.
Blatter junto a Dilma Rousseff, su anfitriona en el Mundial Brasil 2014
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. Segunda regla: estar cerca de un grupo grande y diverso de accionistas.
El Congreso elige al presidente de la FIFA con un voto por cada asociación nacional de las 209 que integran la organización.
En algunos aspectos, la estructura es saludablemente democrática. Pero el tamaño del Congreso hace que sea muy difícil para los rebeldes organizar un "golpe de Estado". La naturaleza dispar del electorado de la FIFA y el factor de que las naciones de fútbol "chico" tengan el mismo peso que las "grandes" se convierten en un bono.
El Programa Goal, por ejemplo, ha realizado más de 700 obras a lo largo de todo el mundo en regiones donde ni las federaciones ni los mismos gobiernos nacionales tienen recursos suficientes. Esto genera una adhesión inmediata de esas federaciones al hombre que identifican como el generoso "donante" de los recursos necesarios: "Sepp" Blatter.
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