La glándula tiroidea se encuentra en la base del cuello y tiene forma de mariposa. Su función es la de regular el metabolismo aunque muchas veces puede verse alterada por diversas causas. Hoy se estima que el 10 por ciento de la población mundial -alrededor de 700 millones de personas- padece algún trastorno tiroideo.
Es por eso que en el Día Mundial de Tiroides, la doctora Laura Maffei, miembro de la Sociedad Argentina de Endocrinología, precisa cinco claves para estar alerta ante cualquier alteración.
-Su función: la tiroides se encarga de regular el metabolismo del cuerpo mediante la producción, almacenamiento y liberación de hormonas tiroideas: tiroxina (T4), triyodotironina (T3) y calcitonina. Éstas influyen en casi todas las células, tejidos y órganos; son necesarias para la síntesis de muchas proteínas esenciales en los períodos de crecimiento y contribuyen con el desarrollo del sistema nervioso central. Además se destaca su influencia en la frecuencia cardíaca, el nivel de colesterol, la fuerza muscular, regulación de la temperatura corporal, el ritmo intestinal y la función reproductiva, entre otras. Por su parte, la masa ósea se ve beneficiada por la calcitonina, hormona fabricada en otras células que se encuentran en la tiroides pero que no cuentan con el mismo control embriológico y tampoco es regulada por la hipófisis.
-Síntomas: no todos los trastornos tiroideos presentan síntomas. Por un lado, la tiroides puede manifestar una alteración de su estructura, cuando la glándula aumenta su tamaño se lo denomina "bocio". Esta disfunción puede clasificarse en: difuso (cuando toda la glándula está afectada uniformemente), nodular o polinodular (cuando uno o más nódulos han crecido en su superficie). Los nódulos tiroideos pueden manifestarse a través de un bulto en el cuello y generalmente son asintomáticos, pero en algunas oportunidades puede producir dificultades para tragar, respirar o incluso el paciente puede manifestar algunos cambios en la voz.
Por el otro, las alteraciones de funcionamiento más conocidas son el hiper e hipotiroidismo, disfunciones que pueden ser acompañadas o no del aumento del tamaño de la glándula. "El hipotiroidismo se trata de una disminución en la producción de hormonas tiroideas, sus síntomas más frecuentes son: decaimiento, sueño, fatiga, sobrepeso (es responsable de un aumento que oscila entre 2 y 4 kilos; producto de la retención de líquidos, también denominado edema) y dificultad para su baja trastornos en la función reproductiva como alteración de las menstruaciones o infertilidad. Por su parte el hipertiroidismo, al contrario del primer caso, se caracteriza por un exceso de la función de la glándula tiroidea y puede manifestarse con irritabilidad, taquicardia, pérdida de peso (con un apetito normal o incluso mayor) y nerviosismo, temblor y calor", destaca la especialista.
-Mal diagnóstico: en la Argentina existen aproximadamente 2 millones de personas que sufren hipotiroidismo y los estudios revelaron que la mitad de los afectados desconocen padecer esta afección ya que sus síntomas pueden confundirse con otras enfermedades.
Además se estima que entre un 4% y 7% de la población puede presentar nódulos tiroideos detectables clínicamente y ese porcentaje asciende a un 50% cuando se trata de nódulos "ocultos".
Generalmente los nódulos son benignos, pero mediante una punción se obtiene un diagnóstico certero del mismo.
Los trastornos tiroideos pueden afectar a personas de cualquier edad
-Más frecuentes en mujeres: históricamente las patologías tiroideas se presentan con mayor frecuencia en las mujeres. Incluso, durante el embarazo, resulta imprescindible que la futura mamá tome los recaudos necesarios y preste especial atención a estas disfunciones. Es importante que la mujer que está al tanto de su hipotiroidismo, haga un control prenatal previo a la concepción para ajustar las dosis de hormonas tiroideas. Además el seguimiento trimestral "es fundamental ya que, las dosis y requerimientos suelen aumentar durante el proceso de gestación. Sucede que las alteraciones de este tipo, suelen presentarse en mujeres en edad reproductiva y pueden declararse durante cualquier etapa del embarazo. Además, en la etapa de posparto pueden aparecer nuevos casos de hipotiroidismo, por lo que es importante estar alerta a los síntomas de cansancio y desgano si persisten pasados los 3 meses".
-Factores desencadenantes: los nódulos tiroideos aparecen con mayor frecuencia en áreas con deficiencia de iodo y en cuanto al riesgo de malignidad, aumenta cuando hay antecedentes de cáncer de tiroides dentro de la familia, sobrepeso y tratamientos con rayos en la zona del cuello durante edad temprana.
En el caso de las personas que han sufrido enfermedades autoinmunes (psoriasis o artritis reumatoide, entre otras), pueden resultar en mal funcionamiento de la tiroides producto de un desencadenante como estrés, tabaquismo, infecciones virales o bacterianas.
"Es fundamental estar atentos a los síntomas para realizar la consulta temprana con el especialista. Actualmente existen tratamientos que se ajustan a las necesidades y condiciones de cada paciente", concluye la experta.