El gobierno brasileño planea una nueva ronda de alza de impuestos para cumplir con su meta fiscal este año a pesar de los recientes esfuerzos para limitar el gasto público, dijo el lunes un funcionario con conocimiento de la decisión.
La presidente Dilma Rousseff acordó incrementar los impuestos conocidos como PIS y Cofins luego de que el Gobierno anuncie durante esta semana un congelamiento del gasto de hasta 80.000 millones de reales (26.580 millones de dólares), según aseguró el funcionario bajo condición de anonimato.
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Sin embargo, la fuente consultada no quiso comentar cuánto subiría cada impuesto o entregar una estimación de ingresos extras a las arcas fiscales.
El PIS es una contribución obligatoria del empleador para fondos de ahorros, mientras que el Cofins es un tributo que ayuda a financiar el sistema de seguridad social.
El Gobierno también considera elevar el denominado impuesto CSLL sobre los bancos del país para compensar las pérdidas en los ingresos resultantes de la reciente decisión del Congreso de diluir proyectos de leyes que contenían medidas de austeridad, afirmó el funcionario.
Brasil ya cuenta con
y la decisión de aumentarla todavía más revela cuán difícil ha sido restablecer el orden de las finanzas públicas.
La revelación de esta presunta nueva alza de impuestos se produjo luego de que Rousseff anunciara el lunes que en junio presentará un plan con nuevas concesiones de puertos, trenes y aeropuertos al sector privado.
Según la mandataria, la receptividad del sector privado a este tipo de planes ha demostrado que el país "tiene la madurez suficiente" para ofrecer negocios "productivos", sin que haya "desequilibrios" en la relación entre las empresas y el Estado. "Eso significa que los planes de concesiones son creíbles y son fuertes", subrayó la jefa de Estado.