El balance del sismo ocurrido el sábado en Nepal se agravó a 4.310 muertos, anunció este martes un vocero del Ministerio de Interior.
La catástrofe deja también 7.953 heridos, precisó Laxmi Prasad Dhakal.
Los socorristas intentaban llegar este martes a las regiones recónditas cercanas al epicentro del terremoto de magnitud 7,8.
El sismo devastó la capital nepalí, Katmandú, y provocó el éxodo de damnificados.
Las autoridades advirtieron que el sismo ha sido el más grave y letal de los últimos 80 años.
En los países vecinos, entre ellos, la India y China, se registraron 90 fallecimientos más.
Al mismo tiempo, Unicef ha advertido de que hay cerca de un millón de niños afectados que necesitan ayuda urgente.
El sismo contó con numerosas réplicas y provocó varios aludes en el monte Everest, donde 18 personas fallecieron en este inicio de temporada de alpinismo.
El balance podría aumentar en Nepal, donde las agencias humanitarias tienen todavía dificultades para evaluar el alcance de la devastación y las necesidades de la población.
Las autoridades intentan rescatar a los sobrevivientes de entre los escombros y atender a los miles de heridos. Muchos de ellos esperaban a ser tratados en las calles de Katmandú, debido a la insuficiencia de medios y saturación de los hospitales.
"Tanto los centros médicos públicos como los privados están saturados y atendiendo a los pacientes en la calle", alerta el embajador de Nepal en India.
Uno de los grandes problemas en Katmandú es la falta de agua potable. El suministro de agua corriente ha dejado de funcionar, y la embotellada ya escasea. Hay también temor a que puedan extenderse las enfermedades contagiosas.
Varios países se han movilizado para apoyar a las autoridades nepalíes enviando equipos de rescate y asistencia, así como alimentos, pero el esfuerzo humanitario avanza con grandes dificultades. La intensa lluvia se suma a las carreteras cortadas y a las deficiencias estructurales.