La situación actual con inmigrantes en el Mediterráneo, donde el pasado fin de semana murieron unas 800 personas, es una "tragedia", lamentó este miércoles en Washington el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, António Guterrez.
"Hay que garantizar una capacidad efectiva de salvar vidas en el mar, porque la situación actual es una tragedia enorme", dijo Guterrez durante una conferencia en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), en la capital estadounidense.
Guterrez recordó que "los italianos implementaron una operación muy efectiva, Mare Nostrum, para salvar vidas", pero lamentó que el mecanismo fue desactivado ante alegaciones de que en realidad estaba atrayendo un flujo aún mayor de inmigrantes y refugiados.
"Hay necesidad de un mecanismo sólido de rescate en el mar", dijo la ACNUR
"Hoy sabemos que el hecho de que no haya una operación eficaz de salvamento no ha reducido sino que, al contrario, ha hecho aumentar el número de personas que intentan atravesar el Mediterráneo", expresó el máximo responsable por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
La situación en el Mediterráneo quedó dramáticamente en evidencia el fin de semana al conocerse un naufragio frente a las costas de Libia y en el que murieron unas 800 personas.
La fiscalía de Catania, en Sicilia, informó que unas 950 personas viajaban en el barco, pero que los responsables habían trancado en la cala a gran parte de los inmigrantes, que de esa forma no pudieron escapar.
"Para mí es muy evidente que hay necesidad de un mecanismo sólido de rescate en el mar", dijo Guterrez.
La experiencia ha demostrado, añadió, que en el fenómeno "hay traficantes y contrabandistas, y debemos ser muy severos con esos grupos que violan los derechos humanos y tienen un comportamiento inaceptable", pero puntualizó que "la prioridad esencial debe ser salvar vidas".
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Durante su discurso, Guterrez también destacó el gesto de Brasil de recibir a un elevado número de familias de Haití luego del devastador terremoto de 2010, concediéndoles condición de refugiados.
"Es una respuesta para aquellos que no son considerados refugiados de acuerdo con la Convención de 1951, pero que tienen problemas serios de protección por ser víctimas de desastres naturales", dijo Guterrez que consideró el gesto "positivo y generoso".