La organización Amnistía Internacional (AI) recopiló testimonios de sobrevivientes de las permanentes tragedias de los últimos meses en aguas del Mediterráneo.
"Tenía que irme de Libia. Quedarme o volver a mí país hubiera sido demasiado peligroso... Los traficantes nos contaron: éramos 107 personas en mi bote... La gente se caía al agua, pero nadie podía ayudar. Aquellos que caían al mar trataban de subir al bote de nuevo, pero no lo conseguían. Vi a tres personas desaparecer en el agua. Otros murieron por otras razones, tal vez falta de comida o de agua... Sólo Dios sabe lo que sentí cuando vi a otros muriendo... Sólo quedamos siete cuando llegaron los equipos de rescate", dijo a AI Lamin, un joven de 24 años proveniente de Mali, que sobrevivió a uno de los cuatros naufragios que ocurrieron el último 8 de febrero.
"La gente se caía al agua, pero nadie podía ayudar. Aquellos que caían al mar trataban de subir al bote de nuevo pero no lo conseguían"
Los relatos individuales son los fragmentos que conforman el panorama de una crisis humanitaria a gran escala. De acuerdo con datos oficiales de la Agencia de la ONU para los Refugiados, unas 36.000 personas cruzaron el Mediterráneo en lo que va del año con destino a Europa, en la medida que los conflictos en el África Subsahariana y en Medio Oriente se intensificaron.
"Escapé de mi país porque mi familia me amenazó después de que yo dijera que no quería que mi hija fuera cortada (sometida a mutilación genital femenina)... Los traficantes estaban armados. Algunos de nosotros estábamos asustados y no queríamos ir, pero nadie podía echarse atrás. No nos dieron un mapa ni ninguna otra cosa. Solamente nos dijeron: 'Vayan siempre derecho y llegarán a Italia'".
"No nos dieron un mapa ni ninguna otra cosa. Solamente nos dijeron: 'Vayan siempre derecho y llegarán a Italia'"
Así relató su experiencia Jean, un hombre de 34 años de Costa de Marfil que sobrevivió a un naufragio producido el último 22 de enero. Ese día, murieron en el mar 34 personas de las 122 que estaban en un bote que fue rescatado por las Fuerzas Armadas de Malta.
De acuerdo con AI, los sobrevivientes, que fueron alojados en un centro de detención de inmigrantes en Malta, habían partido de Libia una semana antes sin agua, sin comida, sin teléfonos y sin salvavidas. Estaban tan apretados en su pequeño bote inflable que no podían sentarse o acostarse para dormir. Al cabo de unos días se quedaron sin combustible y comenzó a entrar agua en el bote. No tenían recipientes para sacar el agua y a la mayoría se le congeló los pies.
El 8 de febrero de 2015, tras una llamada de socorro, los guardacostas italianos se adentraron en alta mar, con temperaturas glaciales, para rescatar a 105 personas que viajaban en un bote repleto. La embarcación formaba parte de un grupo de cuatro que había salido de Libia el día anterior.
Ese día murieron en total más de 330 refugiados y migrantes. Aparte de dos barcos comerciales que estaban en la zona, sólo estaba disponible para prestar ayuda la guardia costera italiana. Sin embargo, las embarcaciones fueron insuficientes para proporcionar calor y cobijo a los rescatados y 29 de ellos murieron de hipotermia a bordo.
"Para mantenerlos en calor les hicimos dar vueltas dentro de la cabina, pero fue todo muy difícil"
Salvatore Caputo, enfermero de uno de los barcos guardacostas, dijo a Amnistía Internacional: "Para mantenerlos en calor, les hicimos dar vueltas dentro de la cabina, pero fue todo muy difícil... Me sentí totalmente furioso: salvarlos y luego ver cómo morían así".
La decisión de poner fin a Mare Nostrum, la operación humanitaria de la Marina italiana, al final de 2014 ha contribuido a un dramático aumento de las muertes de migrantes y refugiados en el mar. Si se confirman las cifras de los últimos incidentes, en lo que va de este año habrán perdido la vida 1.700 personas, 100 veces más que durante el mismo período de 2014.
Ahora, la
(EU) se dispone a discutir un
Sin embargo, muchos especialistas dudan de la efectividad de la propuesta y de la verdadera voluntad política de los estados para ponerlo en marcha.