Murió Alejandro Bengolea, nieto y heredero de Amalita Fortabat

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El primer nieto de Amalia Lacroze de Fortabat, el empresario Alejandro Bengolea, falleció este martes a la madrugada en su casa de Barrio Norte, víctima de cáncer. Tenía 50 años y era uno de los herederos de la multimillonaria fortuna que dejó quien fue una de las empresarias más ricas de la Argentina.

Coleccionista de arte contemporáneo, el primogénito de Inés Lafuente (la única hija que tuvo Amalita) era hermano de Bárbara Bengolea y Amalia Amoedo, fruto del segundo matrimonio de su madre.

Padre de dos niños, Sofía y Alejandro, fruto de su matrimonio con Zelmira Peralta Ramos, era familiero y durante su niñez gozó de una vida aristocrática al cuidado de su abuela en la casa de Palermo Chico; la empresaria realmente lo consideraba un hijo y le transmitió su pasión por el coleccionismo.

Bengolea se autodefinía como "un apasionado de la capacitación dentro de la organización" y alguna vez reveló que, mientras vivía, su abuela ocupaba el primer lugar de la lista de llamados a la hora de pedir un consejo porque la consideraba "un patrón de referencia, dueña de una visión única".

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Su formación incluyó un intenso paso por la empresa agropecuaria familiar, donde se desempeñó en diversos puestos hasta alcanzar un cargo gerencial. En 1998 ingresó en Loma Negra: allí ocupó la dirección general y la vicepresidencia; como mano derecha y administrador de los bienes de su abuela, en el año 2000 debió hacerse cargo de la reconversión de la cementera, pero en 2002 dejó el puesto.

En alguna ocasión comentó que se sentía atraído por las obras vanguardistas, mucho más cuando sus amigos le decían que la pintura que había elegido era "una porquería". "Es el Van Gogh del futuro", solía responder entre risas. "Es fascinante ayudar a alquien a quien uno le ve talento; tiene la adrenalina de una inversión, de apostar por un artista desconocido que luego va a ser descubierto", argumentaba.