Mientras Arabia Saudita comanda la ofensiva contra los chiitas rebeldes de Yemen, el gobierno iraní es el principal aliado de los hutíes, que lograron deponer al presidente Abd Rabo Mansur Hadi –refugiado en Riad-. En una entrevista concedida a cuatro medios españoles, el ministro de Relaciones Exteriores persa, Mohammad Javad Zarif, resaltó la influencia de su país en la región, que será utilizada por Teherán para encontrar "una solución política".
"Tenemos influencia en todo el mundo árabe y musulmán. Somos un actor importante en esa región. Estamos preparados para usarla para alcanzar una solución política en Yemen, porque sabemos que no hay solución militar", señaló el funcionario persa.
A pesar de los recientes informes que dan cuenta de que Irán no sólo está proveyendo a las milicias chiitas rebeldes, sino también está combatiendo junto a ellas, Zarif aclaró que su país "no apoya a los hutíes", sino que busca "una solución negociada".
El ministro persa aseguró que su país tiene desplegados militares en Siria e Irak solo en calidad de "asesores, y tras la invitación de los Gobierno legítimos de esos países que tienen asiento en la ONU".
Durante la entrevista con la prensa española, el funcionario apuntó contra el papel que está desempeñando Arabia Saudita. "Los bombardeos saudíes no resolverán los problemas, entre otras cosas porque en ese país prácticamente no hay infraestructuras militares susceptibles de ser objetivo de ataques aéreos", indicó.
Por su parte, Zarif también se refirió a las negociaciones sobre el programa nuclear que están llevando adelante Irán y los países del G5+1 (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia, China y Alemania).
En esa línea, aseguró que el acuerdo está "muy cerca", insistiendo, no obstante, en un levantamiento de sanciones inmediato y no gradual, en una entrevista publicada este miércoles por la prensa española.
"El acuerdo está muy cerca. Pero depende de la voluntad política de alcanzarlo a través del entendimiento y no con presión", afirma en una entrevista concedida a cuatro diarios españoles, según El País.
Irán anunció el martes que el 21 de abril se retomarán las conversaciones con los representantes de las grandes potencias del grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania), dos semanas después de llegar a un acuerdo marco sobre el asunto.
Todavía subsisten varias cuestiones técnicas y jurídicas por cerrar con vistas a un levantamiento de las sanciones que pesan sobre Irán y la autorización para que ese país tenga un programa nuclear civil, asunto que ha sembrado la discordia con los occidentales desde hace más de diez años.
Zarif insiste en la necesidad de evitar un levantamiento gradual de las sanciones, que desean algunas partes con el fin de verificar que Irán cumple sus compromisos.
"Siempre hemos sido gente de paz y se nos puede pedir que firmemos un acuerdo del que estamos cerca, pero lo que no pueden pedirnos es que renunciemos a nuestra dignidad. Si nos entendemos, Irán tomará medidas ese mismo día. La otra parte debe hacer lo mismo", señaló el funcionario iraní, según ABC.
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"Puede llevar algunas semanas que ambas partes se preparen para la implementación de sus compromisos. Las sanciones serán levantadas el día en el que ese acuerdo sea refrendado por el Consejo de Seguridad" de la ONU, precisó, considerando que su gobierno podría superar las dificultades internamente, si se deja de lado "la presión".
"Todos en Irán quieren un acuerdo, pero un buen acuerdo. Nadie está preparado para aceptar un pacto que sacrifique nuestra dignidad y nuestros derechos", aclaró Zarif.
Aseguró además que Israel no tiene nada que temer, pero descarta su reconocimiento como Estado: "El propio presidente Obama lo ha rechazado, así que no necesito descartar una propuesta ridícula como esa".
Si Benjamin Netanyahu "de veras pensase que somos una amenaza para la existencia del Estado de Israel mostraría alivio ante la posibilidad de que llegáramos a un acuerdo. Lo que pasa es que entonces, lo que estaría bajo la lupa sería su propio arsenal atómico", declaró.