El niño corría de un lado a otro dentro de la tienda "Vest Market" de Bakersfield, California. Al ver que no podía controlarlo, el padre corrió detrás de él y, sin que mediara ninguna advertencia previa, le asestó un golpe de puño brutal, que dejó al niño de tres años en el suelo.
Inmediatamente después, Justin Whittington lo levantó como si fuera un saco de papas y se lo dejó a la madre, que está embarazada. La mujer y el hijo abandonaron el mercado y el padre continuó con la compra.
Cuando revisó las cámaras de seguridad, Harry Dindral, el dueño de Vest Market, no podía creer lo que veía. "Fue horrible. Lo peor que he visto", confesó luego a Daily News.
Sin dudarlo un minuto, llamó a la policía y le mostró el video. Cerca de la medianoche del viernes, los oficiales llegaron a la casa de Whittington.
El agresor fue arrestado en el acto. Personal médico revisó al niño y comprobó que no tenía heridas de gravedad, así que no fue necesario hospitalizarlo.
La justicia debe establecer en los próximos días la pena que recibirá el padre. Además, tendrá que decidir si puede seguir viviendo con su hijo.