La Cámara de Diputados aprobó el texto principal del proyecto de ley por 324 votos a favor, 137 votos en contra y 2 abstenciones, aunque el documento podrá ser modificado a través de enmiendas, las cuales serán discutidas la próxima semana.
El régimen de "tercerización" del empleo se aplica en la actualidad a servicios que no tienen vínculo directo con la labor de las empresas, como limpieza, alimentación, seguridad y transporte, pero, una vez aprobado por el Congreso, podrá extenderse a todas las actividades, incluidas las referentes al propósito final de la compañía.
No obstante, el proyecto de ley prevé que los empleados subcontratados tengan los mismos derechos que los funcionarios de la empresa contratante, como por ejemplo el vale de alimentación, el servicio de transporte y la atención médica.
El proyecto fue criticado por los diputados del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), de la presidente Dilma Rousseff, quienes alegaron que la medida supone una "precarización" laboral y acaba con la posibilidad de ascenso de los empleados.
El relator de la propuesta, el diputado Arthur Maia, del opositor partido Solidaridad (SD), subrayó que la legislación de la "tercerización" inyectará "seguridad jurídica" a los contratos y sostuvo que el proyecto de ley supone "una línea media capaz de atender a los trabajadores, empresarios y a la economía brasileña".
Antes de la aprobación del texto, la Central Única de los Trabajadores (CUT), la mayor fuerza sindical de Brasil, anunció una "paralización nacional" el miércoles 15 de abril contra el proyecto de ley, al considerar que supone un "ataque" contra los derechos laborales.
Varios sindicatos, encabezados por la CUT, se movilizaron el martes en varias ciudades en contra del proyecto y un grupo que protestaba frente al Congreso, en Brasilia, fue dispersado por la Policía, que utilizó gases lacrimógenos.