A sólo tres días del ataque terrorista contra la universidad keniana de Garissa, cuando un grupo de atacantes ingresaron al campus y masacraron a los estudiantes, los primeros testimonios de los sobrevivientes empiezan a delinear los detalles del horror.
Se trata del peor atentado del país desde que Al Qaeda bombardeó la embajada de Estados Unidos en Nairobi, en 1998, fue protagonizado por el grupo islamista radical Al Shabaab y se cobró la vida de al menos 148 personas.
Después del ataque, las autoridades llevaron a cabo una búsqueda en el edificio de la universidad, en la que tres personas fueron encontradas con vida. Una estudiante estaba bajo una pila de cadáveres; otra estaba en un armario. Un estudiante estaba escondido en un baño, dijeron las fuentes.
Cynthia Cheroitich se escondió en un armario, cubriéndose con ropa. La estudiante de 19 años relató a CNN que "estaban disparando para todos lados". "Yo no quería abrir los ojos", contó.
"No sabíamos hacia dónde ir porque silbaban balas por todas partes"
Durante dos días, Cheroitich no se movió. Sin poder buscar agua, se mantuvo hidratada tomando crema para el cuerpo. Cuando la policía entró a su habitación, ella no les creyó. Solo cuando acudió el director de la universidad se convenció de que era seguro salir.
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"No sabíamos hacia dónde ir porque silbaban balas por todas partes", confesó Julia Gichuki, otra de las sobrevivientes. Gichuki se levantó sobresaltada de su cama en la residencia femenina al oír los primeros disparos en el campus universitario y tuvo tiempo de huir gracias a que "los atacantes tenían como objetivo la residencia de los hombres", dijo a un periodista dei The Guardian/i.
Algunas de las estudiantes corrían desnudas, agregó la testigo. "Se oían muchos gritos y nadie sabía si sobreviviríamos".
"Las chicas de la residencia aledaña empezaron a gritar y a correr y en medio del alboroto pude escapar", relató John Ongamo, otro de los testigos, estudiante de magisterio. "Fue horrible. Nunca en mi vida había pasado tanto miedo. Ametrallaban todo cuanto estaba a su alrededor".
"Fue horrible. Nunca en mi vida había pasado tanto miedo. Ametrallaban todo cuanto estaba a su alrededor"
Según indicó Ongamo, los terroristas irrumpieron en el hostal y dijeron "que querían saber si había infieles". En la masacre que empezó acto seguido mataron ahí mismo a todos aquellos que identificaron como cristianos.
Otros testigos relataron al periódico local Standard que los terroristas disparaban contra cualquier persona que se atreviera a mirarles directamente a los ojos. Además, confirmó el testimonio de Ingamo: "Tomaron como rehenes a los cristianos de una de las cuatro residencias del campus y los decapitaron".
En su mayoría, los entrevistados por los medios internacionales confesaron que habían salvado la vida saltando por las ventanas y escalando el muro del perímetro de la universidad.
Minetras tanto, otra pesadilla se desarrollaba para los familiares de las víctimas. Es que tres días después, algunas personas aún no sabían si sus seres queridos estaban vivos o muertos.
Zeddy Godwano no ha dormido durante horas; su hermano aún está desaparecido. Godwano lo ha buscado en los principales hospitales de Nairobi hacia donde la mayoría de los heridos fueron transportados.
"Desde que escuchamos las noticias en la radio y la televisión, me preocupé y corrí hasta aquí en Nairobi para buscarlo", dijo.
Los militantes de Al Shabaab asesinaron a 142 estudiantes, tres oficiales de seguridad y dos trabajadores de seguridad de la universidad. El ataque dejó 104 heridos, algunos de ellos en estado crítico, dijeron las autoridades.