Más conocida por protagonizar un escándalo vinculado a polémicas salidas transitorias en mediados del 2012 que por su verdadero peso en la red de organizaciones sociales afines al kirchnerismo, la agrupación Vatayón Militante anunció en Facebook que se disolvía y pasaba a llamarse "Pingüinos".
"Los compañeros y compañeras de Vatayón, hemos decidido darle un vuelco a nuestra militancia, para seguir mirando hacia adelante y seguir construyendo del modo que siempre consideramos correcto: vamos a cambiar nuestro nombre, y vamos a cambiar nuestra forma de comunicar. No, nuestra manera de militar va a seguir siendo la misma, porque así es como nos gusta", anunciaron desde su página oficial de la red social.
Y agregaron, misteriosamente: "Y qué fue lo que sucedió con Vatayón? Simple y claro: se convirtió en viento. Se convirtió en rumor. Se convirtió en una palabra que se usa como si fuera correcta, con la V y la Y. Se convirtió en un nuevo término y se convirtió en un concepto, una forma, y hasta un adjetivo".
En el comunicado la agrupación lamentó además "nunca poder combatir los embates de los loros repetidores", en alusión a los medios de comunicación.
Creada en el año 2008 en medio de la guerra del gobierno con el campo, la agrupación saltó a la fama en junio del 2012 cuando una investigación del diario Clarín reveló que Vatayón sacaba presos, muchos de ellos peligrosos violadores y con sentencias por asesinato, para llevarlos a actos "culturales" de claro tinte kirchnerista.
Eduardo Vázquez, el ex baterista de Callejeros condenado por matar a su esposa prendiéndola fuego, fue uno de estos reclusos liberados y se lo pudo ver tocando el bongo en uno de los eventos organizados por el grupo ultra-kirchnerista.
En el momento de la difusión de esta noticia, fueron decenas los políticos que pidieron la remoción de Víctor Hortel, entonces jefe del Servicio Penitenciario. El funcionario, quien finalmente dejaría su puesto tras otro escándalo, la fuga de 13 presos del penal de Ezeiza a mediados del 2013, fue denunciado en la Justicia por permitir que los presos participaran de estos eventos sin permiso de los jueces y sin custodia policial.
"Para nosotros, cada uno y una de las personas privadas de su libertad, son exactamente iguales (...). Desde la deuda social que debe recoger la sociedad y con ésta, la militancia, es que trabajamos con todos los internos e internas, en igual condiciones", se defendió en aquel momento el Vatayón, a través de una nota de prensa.