Nigeria elige este sábado a su presidente, en los comicios más disputados en la historia del país más poblado de África, marcado por la violencia de Boko Haram, la caída de los precios del petróleo y una corrupción endémica.
Con algo de retraso, los colegios electorales empezaron a abrir. De los 173 millones de habitantes con que cuenta el país, 68,8 millones de electores están llamados a las urnas en unos comicios presidenciales y legislativos.
El presidente nigeriano saliente, Goodluck Jonathan, candidato a su reelección, no pudo identificarse en su oficina de voto mediante un novedoso sistema de lectura de tarjeta electoral, constató un periodista de la AFP.
El mandatario pasó más de media hora dentro del colegio esperando
Acompañado de su esposa Patience, el mandatario pasó más de media hora dentro del colegio electoral en el que le correspondía votar en su pueblo natal de Otuoke, en el estado de Bayelsa.
Ninguno de ellos logró registrarse, ya que los dos lectores de tarjetas biométricas fueron incapaces de reconocer sus respectivos documentos. Jonathan volvió al rato, y se acreditó recurriendo al sistema manual tradicional.
"No estoy preocupado, no estoy preocupado. Quizás haya una demora, pero no puedo hablar por el INEC (siglas de la Comisiòn Nacional Electoral de Nigeria). Mi interés es que haya elecciones creíbles y pacíficas, estamos comprometidos a eso", dijo el mandatario.
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Su principal opositor, el ex general Muhammadu Buhari, vota en su feudo de Daura, en el estado de Katsina, donde las calles estaban decoradas con escobas de paja, el símbolo del cambio del Congreso Progresista (APC, opositor).
Buhari, que gobernó Nigeria a mitad de los años 80 al frente de una junta militar, promete combatir la corrupción y la inseguridad con firmeza, aunque asegura ser "un convertido a la democracia".
El Partido Democrático Popular (PDP), en el poder desde el final de las dictaduras militares y el regreso a la democracia en 1999, podría perder en esta ocasión, ante una oposición más fuerte y unida que nunca.
Para vigilar el buen desarrollo de las elecciones han sido desplegados miles de observadores internacionales.
Resultados en 48 horas
La comisión electoral espera poder evitar el fraude gracias a un nuevo sistema de lectores de tarjetas electorales electrónicas, que se experimenta por primera vez. Los resultados se esperan en 48 horas desde el cierre de los colegios.
En la capital Abuya, las opiniones eran diversas en el mercado que hay frente a la estación de autobuses de Nyanya, blanco de dos atentados el año pasado.
"Los partidos han llevado a cabo una campaña vergonzosa", se lamenta un votante
Esther Anthony, de 23 años, opina que "hay que votar por nuestro presidente, porque siempre estuvo ahí por nosotros. Ha hecho lo que ha podido".
Abdullahi Usman Chitta Michika, un agente inmobiliario de 31 años, no está de acuerdo. "Estamos hartos de tantas bombas, de la inseguridad, los secuestros. Todo eso es culpa de la negligencia del presidente".
"Los partidos han llevado a cabo una campaña vergonzosa. Tanto odio, ataques étnicos y personales (...) no tiene precedentes", estima por otro lado el presidente de la comisión nigeriana de derechos humanos, Chidi Odinkalu.
Boko Haram amenaza
Bajo el mandato de Goodluck Jonathan, Nigeria se ha convertido en la primera potencia económica de África. Sin embargo, la caída de los precios del petróleo preocupa mucho en el mayor productor del continente.
A nivel de seguridad, el ejército nigeriano anunció el viernes que recuperó el feudo islamista de Gwoza, y presume de haber destruido el califato proclamado por Boko Haram, como parte de una ofensiva militar efectuada en los dos últimos meses con ayuda de países vecinos.
A dos días de las elecciones, el Gobierno presumió de haber destruido el califato proclamado por Boko Haram
No obstante, es improbable que las victorias recientes contra Boko Haram, aliado del grupo Estado Islámico, borren de la memoria de los electores la falta de reactividad del presidente frente al auge yihadista.
Desde 2009, la insurrección de Boko Haram y su represión han causado más de 13.000 muertos y 1,5 millones de desplazados.
El grupo yihadista está perdiendo fuerza, pero ha amenazado con perturbar las elecciones y en las últimas semanas demostró que es capaz de llevar a cabo atentados suicida.
Las autoridades han desplegado un importante dispositivo de seguridad en el país, y han invitado a la población a limitar sus movimientos.