El bullying contra Andreas Lubitz

El copiloto que provocó la muerte de 150 personas en el vuelo de Germanwings habría padecido el acoso de sus compañeros de aerolínea. Los motivos de una personalidad atormentada

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Depresión. Angustia. Alertas psiquiátricas y una novia que lo abandonó y le partió el corazon parecen haber sido un cóctel demasiado pesado de soportar para la frágil personalidad de Andreas Lubitz, el copiloto de Germanwings que provocó la caída del vuelo 9525 que partió de Barcelona con destino a Dusseldorf, en el cual murieron 150 personas.

A medida que pasan las horas, son más los indicios que surgen contra Lubitz y su delicado estado mental, situación que pasó desapercibida en los controles de la aerolínea alemana perteneciente al grupo Lufthansa. Esta mañana, los fiscales revelaron que el piloto -con corta experiencia en vuelos- había ocultado un reciente examen médico que le ordenaba no subirse a un avión por el momento. El parte fue encontrado en una de las casas del empleado de Germanwings, allanadas por los investigadores.

Sin embargo, otra revelación se suma a ese cóctel explosivo: Lubitz, quien tenía dos moradas donde dormir -una con sus padres en Montabaur y otra propia en Düsseldorf, por cuestiones laborales- habría sufrido la burla y el acoso de sus compañeros de aerolínea, según reportó el diario británico DailyMail. "Andy Tomate" era el apodo con que algunos pares llamaban al joven de 27 años, haciendo referencia a su pasado en esa misma compañía como auxiliar de abordo. "Él tenía muchas ambiciones, pero era considerado de segunda liga porque había sido auxiliar en la cabina de pasajeros", contó un amigo al diario alemán Bild.

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Al parecer, Lubitz no era del todo feliz en su trabajo, según se desprende de esos medios europeos. Él pretendía realizar vuelos de larga distancia. "Su sueño era volar a San Francisco", contó un allegado del copiloto. Sin embargo, por su corta experiencia, sólo le permitían -después de su interrumpido entrenamiento- hacer rutas en Europa.

Esta mañana, el vocero de la Fiscalía alemana, Ralf Herrenbrueck, reveló parte de las pruebas que hallaron en una de las viviendas donde vivía Libutz allanadas. Una de ellas es clave: el empleado de Germanwings/Lufthansa ocultó a sus superiores el último certificado médico, en el cual se le prohibía subirse a un avión para asistir al piloto.

Los investigadores también revelaron detalles desesperantes de los momentos en que el avión Airbus A320 se precipitaba a tierra. El comandante de la nave que quedó fuera de la cabina de mando intentó derribar la puerta blindada con un hacha, aunque sin suerte. El sistema y los protocolos eran bien conocidos por Lubitz, quien sabía que era imposible una penetración desde el exterior.

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