La expansión de las finanzas responde a la crisis de la industria

En los últimos años, la tasa de ganancia del sistema financiero alcanzó niveles récord. En 2014, según el informe de Bancos que publica el Banco Central, estuvo por encima del 40%. Esto dio lugar a que varios analistas concluyeran que el capital financiero continuaba dominando la economía por encima del capital industrial.

Sin embargo, el análisis de la rentabilidad del conjunto del sector financiero como del capital industrial arroja como resultado que éste último obtuvo una rentabilidad mayor. Además, los mayores índices de beneficio de los bancos de los últimos años se explican porque actuaron como intermediarios de la política de emisión estatal para sostener una industria en crisis, y no como resultado de una timba desvinculada de la producción.

Según los indicadores de rentabilidad, entre 2003 y 2005, los bancos tuvieron en promedio pérdidas anuales mayores al 5%. Por su parte, la industria fue favorecida ampliamente con la salida de la convertibilidad. De esta manera, hasta el período 2008-2009, la industria fue la que obtuvo una mayor ganancia en relación al capital invertido: 25,5% contra 3,4% del sistema financiero. El punto de inflexión se dio con el estallido de la crisis mundial. A partir de ese momento, las curvas de rentabilidad de estos sectores se invirtieron. Desde 2009 hasta fines de 2013 el sector financiero pasó a obtener, en promedio, una tasa del 21,2% contra el 11,4% de la industria.

Las mayores ganancias del sistema financiero que comenzaron a partir del 2009, estuvieron motorizadas por la intervención del Estado para sostener la rentabilidad del sector industrial, que venía cayendo desde ese año producto de la crisis mundial. Luego de la derrota del conflicto del campo en 2008, el Gobierno tuvo una menor apropiación directa de renta agraria. El mayor déficit fiscal para sostener los subsidios a la industria y la compra de dólares para el pago de los servicios de deuda externa se garantizaron con emisión monetaria. Entre los años 2008 y 2013, la deuda pública interna aumentó casi un 70%, mientras que la oferta monetaria total (M3) pasó de $307.191 millones en 2008 a $1.131.294 millones en 2014 (un incremento del 268%).

El aumento de esta masa monetaria coincidió con la mayor liquidez que se canalizó a través del sistema financiero, que recuperó ganancias ofreciendo créditos baratos en un momento en que las empresas industriales entraban en crisis. Esos créditos estaban motorizados por las bajas tasas de los Lebac y de los créditos en general, producto de esa mayor emisión. Por esa razón, el principal ingreso de los bancos entre 2009 y 2013 fueron los resultados por intereses por otorgamientos de créditos, que crecieron el 100% en ese período. Este rubro representaba el 50% del total del margen financiero. Desde el punto de vista de las empresas, estos créditos redundaron en un mayor endeudamiento que les permitió hacer frente a sus obligaciones en un contexto de caída de las ventas. El ratio de endeudamiento de las empresas creció del 20% entre 2003-2008 a casi el 90% en 2009-2014.

Como vemos, las finanzas no dominan la economía. La expansión de las finanzas responde a la crisis de la industria, cuya rentabilidad está en declive. Es la inviabilidad del capital industrial la que permite el crecimiento de las finanzas. Lo hace sobre la acción del Estado, quien garantiza la unidad de estas dos fracciones del capital.

iLicenciado en Sociología, becario del CONICET y miembro del a href="http://www.ceics.org.ar/" rel="noopener noreferrer" Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales/a/i