El gobierno de Barack Obama inició el descongelamiento histórico de las relaciones con Cuba poco antes de tomar medidas contra Venezuela. Muchos ven allí una contradicción. Muchos otros se preguntan cómo reaccionará La Habana ante esta tensión creciente.
Para Pedro Roig, historiador de la Universidad de Miami –autor de The Death of a Dream: A History of Cuba y Martí: The Cuban Struggle for Freedom– y ex director de la Radiodifusión en Radio y TV Martí, se sabrá pronto: "En lo que Raúl Castro diga en [la VII Cumbre de las Américas que se celebrará en abril en] Panamá, veremos hasta qué punto Cuba va a seguir defendiendo al régimen de Maduro y va a demorar el resto de lo que se vaya a acordar con los Estados Unidos".
Dentro de Cuba, el periódico Granma manifestó la solidaridad oficial con el gobierno de Nicolás Maduro luego de la orden ejecutiva de Obama, y hasta Fidel Castro firmó una carta de apoyo. Roig estima que también fuera de la isla el presidente de Cuba sostendrá esa posición, por un motivo simple: "La presidencia de Obama no le puede dar mucho más al régimen de La Habana de lo que ya le dio".
–¿Por qué dice que el Ejecutivo estadounidense le ha dado todo lo posible a Cuba?
Cuba ha logrado el regreso de los cinco espías que estaban presos en los Estados Unidos. Es un gran triunfo para el régimen de Raúl Castro, que lo consiguió a cambio del contratista Alan Gross, quien había llevado a Cuba cinco computadoras. De manera que un individuo que llevó cinco computadoras se cambió a cinco espías, uno de ellos condenado por contribuir al asesinato de los cuatro Hermanos al Rescate que volaban en aguas internacionales [N. de la R.: La Habana lo disputa, alega invasión de su espacio aéreo] para tratar de ayudar a los balseros que escapaban de Cuba. Raúl Castro ya tiene en el bolsillo su primera carta de triunfo.
–¿Cuál es la segunda?
La posibilidad de que antes de [la VII Cumbre de las Américas que se celebrará en abril en] Panamá el Departamento de Estado saque a Cuba de la lista de países terroristas. En ese momento, el régimen de Raúl Castro tendrá acceso al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y a los créditos del Banco Mundial. Para la economía de Cuba, tener acceso a esos créditos sería otro triunfo importante.
–Queda pendiente la reanudación de las relaciones diplomáticas.
Creo que los pasos para abrir las embajadas en Washington y en La Habana estarán en proceso de concluirse, o concluidos, antes de llegar a Panamá. El discurso de Raúl Castro ha sido: "Mis condiciones están planteadas. Me mandas a los cinco espías, me sacas de la lista de países terroristas así puedo entrar en el BID y en el Banco Mundial, y yo te mando a Alan Gross. Hasta ahora, eso es todo lo que ha habido. Terminado eso, ya la administración de Obama no tiene más que hacer. Porque hoy los votos para levantar el embargo no están en el Congreso. Cuba sabe que la presidencia de Obama le está dando lo más que le puede dar.
–¿Y Cuba?
Raúl Castro es el que da la respuesta, no la doy yo: el día después que el presidente Obama y él hicieran público el proyecto después de dieciocho meses de negociaciones secretas, dijo: "No hemos cedido en nada y no vamos a ceder en nada". ¿Mentía en ese momento? Tal vez. Ellos han mentido muchas veces. Pero eso es lo que él le dice públicamente a Washington. Y después de la primera reunión, la jefa de la delegación cubana, la señora Josefina Vidal Ferreiro, insistió en que Cuba no ha cedido, y exige que se le respete su sistema socialista. Eso no ha cambiado. Y en las negociaciones, nadie le ha pedido que lo cambie. No veo apuro en La Habana por cambiar su discurso socialista. Y la retórica antiimperialista es algo que ellos no quieren entregarle a Washington.