a la orilla del río
, a las 12.30 del sábado 7 de marzo. Vecinos habían visto un auto volcado y los llamaron.
La mujer que conducía el vehículo estaba muerta y no había mucho por hacer. Pero se dieron cuenta de que había una bebé en la parte trasera.
Entonces comenzaron las apresuradas tareas de rescate, para sacar a Lily, que llevaba 14 horas encerrada. Todo quedó registrado por la cámara que tenía incorporada al uniforme uno de los heroicos policías.
Tras algunos segundos de desazón por no hallar la panera de sacarla, se dieron cuenta de que había que poner de lado el auto. Con la ayuda de las personas que estaban en el lugar lograron girarlo y sacar a la bebé.
Cuando la tuvo en sus manos, el agente salió corriendo en dirección a la ambulancia que esperaba más arriba. Estaba al borde de la muerte y no resistiría mucho más si no comenzaba inmediatamente con las tareas de reanimación.
En los minutos que duró el viaje al hospital más cercano, hicieron todo lo posible para mantenerla con vida. Una vez allí, la trasladaron en helicóptero hasta el hospital de niños de Salt Lake City.
Allí se reunió con su padre y, con el correr de los días, su salud mejoró notablemente. Los médicos aseguran que podrá seguir su vida con absoluta normalidad.