EEUU-Venezuela: "El miedo conduce a que muchos piensen que es imposible convivir"

La experta de la universidad de Georgia, Jennifer McCoy, dialogó con Infobae sobre las relaciones entre Washington y Caracas y las posibilidades de un cambio: "Venezuela tiene elecciones este año"

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 Prensa Presidencia Venezuela 163
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Jennifer McCoy, profesora distinguida del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Estatal de Georgia, ubicada en Atlanta, analizó con una mesura ya desacostumbrada los problemas del gobierno de Nicolás Maduro, que provocan más exaltaciones que reflexiones. "Venezuela tiene elecciones legislativas este año", dijo. "En cualquier año electoral la tendencia es a enfatizar las diferencias entre uno y el adversario electoral. Los comicios son divisivos por naturaleza." Pero agregó, con una confianza institucional que acaso convenga regresar a esta conversación: "Estas elecciones legislativas pueden ser muy, muy importantes y constructivas para ayudar a resolver las tensiones".

Eso, opinó, es lo primero que conviene enfatizar: "La democracia venezolana brinda un camino y un mecanismo para canalizar el descontento mediante las instituciones. Pero se debe hacer de una manera transparente y equitativa".

En una situación tan delicada, importa garantizar el ABC de los comicios: "Si las elecciones se pueden celebrar de manera tal que conciten la confianza de todos los venezolanos en que son transparentes y con igualdad de condiciones de campaña, entonces podrían producir, de un modo pacífico, la representación de diferentes voces con opiniones disímiles en Venezuela, para trabajar mediante las instituciones –en este caso, la Asamblea Nacional– para dialogar y negociar y legar a acuerdos sobre cómo abordar los temas que enfrenta el país."

La doctora McCoy publicó su primer trabajo sobre Venezuela en 1995: Venezuelan Democracy Under Stress (La democracia venezolana bajo presión). Hoy dirige el Programa para las Américas del Centro Carter, donde antes condujo el Proyecto sobre Mediación y Monitoreo en Venezuela. Su libro (con Francisco Diez) International Mediation in Venezuela (Mediación internacional en Venezuela) le permite una lectura profunda del conflicto que esta semana se ha complicado con la orden ejecutiva del presidente Barack Obama, que implementa sanciones a siete funcionarios venezolanos; el llamado a consultas de su encargado de negocios en Washington que ordenó el presidente Nicolás Maduro; la suspensión del encuentro de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) en el Uruguay luego de que el mandatario venezolano llamara "cobarde" al flamante vicepresidente uruguayo Raúl Sendic, y la muerte de Rodolfo González en una celda del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), detenido bajo los cargos de haber sido operador logístico de las manifestaciones antigubernamentales de febrero y marzo de 2014.

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Un cruce poco habitual: el vicepresidente Joe Biden (EEUU) con el presidente Nicolás Maduro (Venezuela)

– ¿Qué implica la orden ejecutiva?
Importa aclarar que se trata de la implementación legal de la normativa que el Congreso aprobó y el presidente Obama firmó en diciembre pasado: esto no es una acción nueva. El lenguaje que se emplea –llamar a Venezuela una amenaza nacional para los Estados Unidos– es simplemente el lenguaje legal que el presidente Obama tiene que utilizar para implementar las sanciones contra los individuos que se nombran. Creo que es muy importante reconocerlo porque en Venezuela se percibe como que esto es una nueva escalada en el conflicto entre los Estados Unidos y Venezuela, pero en realidad se trata de un lenguaje común.

– ¿No existe una amenaza nacional?
Hoy subsisten treinta emergencias nacionales que el Poder Ejecutivo dictó, casos en los que se declaró que existía alguna amenaza, algunas bastante antiguas: una de ellas data del mandato del presidente [James] Carter, sobre los rehenes estadounidenses en Irán; otra es la emergencia que se declaró en septiembre de 2001 luego de los ataques al World Trade Center y el Pentágono. Otras tienen que ver con epidemias nacionales o emergencias sanitarias internacionales. Algunas se pueden ver como una amenaza directa, otras no. En el caso de Venezuela y, por ejemplo, las medidas contra Rusia por Ucrania, se trata de sanciones contra individuos por la amenaza a los derechos humanos en esos países. Pero se emplea el mismo lenguaje. Creo que es importante entender eso porque si no se puede creer que Venezuela representa una amenaza directa para los Estados Unidos, y no espero acciones militares contra Venezuela. No espero algo así en absoluto.

– ¿Tampoco sanciones como Irán o Siria?
No. Estas sanciones apuntan a individuos, no a países. En el caso de Irán se trata de sanciones contra un país. Pero congelar bienes de personas, no permitirles el ingreso a los Estados Unidos o impedir que se hagan negocios con esos individuos es algo muy diferente.

"El gobierno del presidente Obama reaccionó contra el arresto reciente del alcalde de Caracas"

– Sin embargo, como usted misma señaló, no es el modo en que lo ha interpretado el presidente Maduro: dijo que a los Estados Unidos "les va a costar caro". ¿Cómo interpreta ese in crescendo en las hostilidades?
Las hostilidades han ido en aumento antes del anuncio de las sanciones contra estos siete individuos. El presidente Maduro ya ha acusado a los Estados Unidos de ser cómplice en un golpe lento contra su gobierno, de apoyar acciones de la oposición que no planean sólo protestas sino la desestabilización económica e incluso un golpe. No obstante, ambas partes –el gobierno venezolano y el estadounidense– han dicho en privado, continuamente, que quieren mejores relaciones.

– No así en público.
En público se critican o se acusan, y por eso un diálogo privado constructivo resulta muy difícil. Esto ha dificultado las cosas, igual que el retiro de embajadores y la reducción del personal diplomático. La instrucción de Venezuela sobre la reducción de la Embajada de los Estados Unidos en Caracas es muy desafortunada en este sentido; ya la Embajada de Venezuela en Washington era muy reducida. Así se vuelve más difícil continuar las conversaciones y la comunicación para mejorar el entendimiento, y se lesiona a los ciudadanos de ambos países que tratan de tener libertad de viaje.

– ¿Por qué se firmó ahora la orden ejecutiva?
Desde el punto de vista de los Estados Unidos, el gobierno reaccionó contra el arresto reciente del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, además de contra las acusaciones de complicidad en un golpe. Las cosas se han ido deteriorando. El presidente Obama ha decidido que el momento de comenzar sea este, pero como dije es la implementación de las medidas que el Congreso votó en diciembre.

"Las hostilidades han ido en aumento antes del anuncio de las sanciones"

– El presidente Maduro llamó a consulta a su chargé d'affairs, Maximilian Arveláez. ¿Afecta eso el comercio petrolero, que importa a ambos países?

No. El encargado del negocio del petróleo es otra persona: el embajador de Venezuela ante las Naciones Unidas, Rafael Ramírez (ex ministro de Relaciones exteriores y presidente de PDVSA). El comercio petrolero es extremadamente importante para Venezuela: más de 96 por ciento de sus exportaciones son

. Las exportaciones a los Estados Unidos representan entre el 46 y el 50 por ciento de las exportaciones venezolanas, hace un año; no sé cuánto representan hoy. Desde el punto de vista de los Estados Unidos, el país está aumentando su independencia energética muy rápidamente, y aun si Venezuela es aún su cuarta fuente de petróleo, el volumen total de las importaciones de petróleo está disminuyendo.

– ¿Eso afectará más todavía la economía venezolana?
Venezuela ha querido diversificar su mercado exportador y ha querido disminuir su dependencia de las exportaciones a los Estados Unidos, pero ahora la presión aumenta porque los Estados Unidos reducen su dependencia del petróleo venezolano.

– Insultar al vicepresidente de Uruguay aleja aliados; rechazar las críticas por el encarcelamiento de dos alcaldes opositores abre la crítica de los organismos internacionales; oponer palabras a una crisis económica grave y con inflación no da resultados. ¿Cómo se puede mover una situación aparentemente estática?
Es importante considerar que Venezuela tiene elecciones legislativas este año. Estas elecciones pueden ser muy, muy importantes y constructivas para ayudar a resolver las tensiones. Por un lado, permiten que diferentes voces tengan representación en una institución que debe dar lugar al diálogo y la negociación, la Asamblea Nacional. Si las elecciones se pueden celebrar de manera tal que conciten la confianza de todos los venezolanos en que son transparentes y con igualdad de condiciones de campaña, entonces podrían producir, de un modo pacífico, el trabajo mediante las instituciones para dialogar, negociar y llegar a acuerdos sobre cómo abordar los temas que enfrenta el país. Esto es lo primero que hay que enfatizar: la democracia venezolana brinda un camino y un mecanismo para canalizar el descontento mediante las instituciones. Pero se debe hacer de una manera transparente y equitativa.

"El gobierno venezolano y el estadounidense han dicho en privado que quieren mejores relaciones"

– ¿Cuál sería esa manera?

Espero que pueda haber discusión dentro de Venezuela sobre cómo asegurar la participación de todos en la elección y asegurar que habrá acceso equitativo a la televisión, la radio y toda clase de medios para los diferentes actores. Y que se tomen decisiones transparentes sobre las circunscripciones para las cuales se elegirán diputados, se haga una buena lista de votantes... todos los aspectos de las elecciones. Si hubiera diálogo y discusión sobre esto se elevaría la confianza de los venezolanos para participar y luego aceptar los resultados electorales, de modo tal que se pueda utilizar el camino institucional para abordar temas como la inflación, la productividad económica, y los asuntos que dividen a Venezuela.

– ¿Lo considera factible, dada la situación del presidente Maduro y su actitud ante la oposición?
Es difícil pero no es imposible. En cualquier año electoral la tendencia es a enfatizar las diferencias entre uno y el adversario electoral. Los comicios son naturalmente divisivos: cada candidato enfatiza cuánto más distinto y más eficiente que el otro es, y cuánto peor es el oponente. Es la naturaleza de las elecciones. Eso complica más cualquier discusión en el medio de una campaña. Pero las conversaciones sobre las condiciones de los comicios son importantes y deberían ser posibles. Otra razón que complica es que muchos actores políticos creen que la polarización los beneficia en campaña.

– ¿De qué modo?
Para algunos partidos o algunos candidatos, enfatizar la división para atraer a los que se encuentran en los extremos puede resultar una estrategia que los ayude más que la otra estrategia electoral, acercarse al centro para llevarse los votos del oponente. En Venezuela, el presidente Chávez era un maestro de la polarización, y siguió ganando. También el miedo es un tema fundamental que subyace en este estado de tensión y conflicto. El miedo del lado de los chavistas a perder poder político: que asumiera otro gobierno y eliminase los logros y los beneficios sociales de la Revolución Bolivariana, y que juzgase a quienes se han convertido en una nueva élite. Los que se oponen al gobierno de Maduro tienen miedo a seguir siendo perseguidos y acosados, y a seguir perdiendo económica y políticamente.

– ¿Cuál es la consecuencia del miedo de ambos lados?
Conduce a que muchos venezolanos piensen que es imposible convivir y hallar un camino o una visión para el país que los pueda contener a todos. Y aquellos con los mayores temores suelen hallarse en los extremos de cada lado, y tienden a hacer salir a la gente que está en el centro, o más receptiva a la posibilidad de buscar una manera de convivir y abordar los temas que competen a la ciudadanía en su conjunto.


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