Cuba se reconcilia con el Club de París para reducir su deuda

Tras casi tres décadas de divorcio, el presidente Raúl Castro busca un acercamiento

AFP 163

"Vamos a cerrar la reconciliación dentro de unas pocas semanas y algunas semanas o meses más tarde tendremos una negociación", dijo el presidente del Club de París y jefe del Tesoro francés, Bruno Bézard, en una visita a La Habana.

"Hemos avanzado rápido. Por la parte de Cuba y por la parte de los acreedores existe una voluntad de llevar a cabo este trabajo", agregó Bézard, quien estuvo en la isla hace unos días con el equipo del gobierno francés que prepara la visita del presidente François Hollande, el 11 de mayo.

El Club de París es un foro informal de acreedores públicos creado en 1956, integrado por 19 países desarrollados, que se dedica a buscar soluciones a las dificultades de pago de los países deudores.

El tema de la deuda estará en la agenda de la visita relámpago de Hollande, primera de un presidente francés a Cuba, y no se descarta algún arreglo de condonación de parte de las obligaciones de la isla, como han hecho en los últimos años Rusia, Japón y México.

Bézard calculó la deuda cubana con el Club en entre 15.000 y 16.000 millones de dólares, de los cuales 5.000 millones corresponden a Francia.

Cuba suspendió el servicio de la deuda con el Club en 1987 alegando "injerencia" de algunos de sus acreedores en la política interna de la isla comunista. Un año antes, había renegociado favorablemente sus adeudos de1982-86.

En 2001 La Habana propuso al foro una nueva renegociación sobre una "solución razonable", pero fracasó ante las "condiciones totalmente inaceptables", exigidas por los acreedores, según el Banco Central de Cuba.

Esa parte de su deuda, que Cuba considera "inmovilizada", asciende a 7.983 millones de dólares y sería el centro de las negociaciones, pues el resto corresponde fundamentalmente a deuda comercial.

De la "deuda impagable" de Fidel a los pagos de Raúl

El divorcio de Cuba con el Club de París coincidió con la crisis de la deuda en América Latina y la campaña que desarrolló el entonces presidente Fidel Castro (1959-2006), que consideraba "impagables" esas obligaciones.

No se conocen cifras oficiales actualizadas de la deuda total cubana, que debe superar los 22.000 millones de dólares. El más reciente dato de la deuda activa suministrado por la Oficina Nacional de Estadística es de 13.914 millones en 2011.

Pero Raúl Castro, quien emprendió reformas económicas tras suceder a su hermano en 2006, comenzó en 2009 a aplicar una nueva política encaminada a normalizar las relaciones con los acreedores, renegociando y pagando deudas con tres fines: generar confianza, obtener nuevos créditos e incentivar las inversiones extranjeras.

"Para Cuba es primordial poder poner en orden todos sus compromisos financieros internacionales. Sería el siguiente paso lógico a la política económica más prudente en el manejo de los gastos sostenida desde el año 2009", dijo a la AFP el economista cubano Pavel Vidal, de la Universidad Javeriana de Cali, Colombia.

Según el ex ministro de Economía y Finanzas José Luis Rodríguez, al servicio de la deuda "se dedicó como promedio anual un estimado de 3.224 millones de dólares entre 2010 y 2014, cifra que representó el 4,7% del PIB" cubano.

Para 2015 el gobierno cubano "tomó la decisión de pagar 5.661 millones de dólares (...), así como gestionar una retoma de créditos de 5.557 millones", dijo Rodríguez al portal Cuba contemporánea.

"Inversiones, además de créditos"

"Esta política de control de los gastos y las reformas en curso le permiten a Cuba negociar con los acreedores internacionales con base en una credibilidad financiera que poco a poco se ha ido reconstruyendo", explicó Vidal.

"Con esta decisión se incrementa la credibilidad del país en el proceso decaptación de nuevas inversiones foráneas", señaló Rodríguez.

Con ello, Cuba está pasando de una política contractiva, que dificultaba el crecimiento económico y el consumo, a una más expansiva, según los expertos."Recibir nuevos financiamientos a partir de la renegociación de las deudas externas ayuda a que este cambio de la política económica no afecte los equilibrios macroeconómicos. Y mejor aún si no sólo llegan préstamos, sino que lleguen inversiones que traigan nuevas tecnologías y accesos a las cadenas globales de valor", concluyó Vidal.