En el marco del Día Internacional de la Mujer, la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, pronunció un discurso a través de cadena nacional que se basó en el ajuste fiscal impulsado por su gobierno, pero en el que también dedicó unos minutos para hacer referencia a la investigación por corrupción en la petrolera estatal Petrobras.
Sin embargo, la aparición de la mandataria provocó un fuerte rechazo en varias regiones del país, que se manifestó a través de ruidos de cacerolas ("cacerolazos"), silbatinas, y otro tipo de manifestaciones de repudio.
El diario local Folha do Sao Paulo da cuenta de estas protestas y confirma que durante la cadena nacional de Dilma, además de los "bocinazos" y "cacerolazos", también se escucharon silbidos y abucheos que provenían de las viviendas.
Las protestas tuvieron lugar en al menos 12 capitales provinciales: Belém, Belo Horizonte, Brasilia, Curitiba, Fortaleza, Goiania, Maceió, Porto Alegre, Recife, Río de Janeiro, Sao Paulo y Vitória.
Las diferentes manifestaciones de rechazo ante el discurso de Dilma quedaron registradas en videos que distintos ciudadanos subieron a las redes sociales.
Por su parte, este "cacerolazo" fue la antesala de una manifestación que está programada para el próximo domingo, cuando se espera que miles de brasileños marchen a lo largo y a lo ancho del país para pedir la renuncia de la jefe de Estado.
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La movilización fue promocionada a través de las redes sociales, y ya cuenta con el apoyo del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). No obstante, la dirección del bloque aclaró que se une a la protesta, pero no al pedido de renuncia de Dilma.