En 2010, salió a la luz que un electricista francés llamado Pierre Le Guennec y su esposa, Danielle, habían guardado durante 37 años en el garaje de su casa en Mouans-Sartoux nada menos que 271 obras de Picasso, entre las que se incluían seis óleos de pequeñas dimensiones, 28 litografías originales, grabados, collages y cuadernos de dibujo.
El electricista jubilado contó que a principios de los años 70, había instalado un sistema de seguridad en la casa de 35 habitaciones en Notre-Dame-de-Vie donde vivía Picasso y se habían hecho amigos, hasta el punto que el artista un día decidió regalarle un puñado de obras valoradas en total en más de u$s79 millones.
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Según su versión, no había dado importancia a esas obras y las había guardado. Pero en 2010, enfermo y viejo, quiso hacerlas autentificar para dejar a sus dos hijos las cosas en orden antes de morir.
El problema es que podría ser mentira. Y eso es lo que debe decidir el Tribunal de Grasse donde este martes arrancó el juicio contra Pierre Le Guennec y su mujer, acusados por los herederos de Picasso de haber robado esas obras al artista y de haberlas ocultado durante 37 años, explicó el diario español El Mundo.
La historia comienza en enero de 2010, cuando Claude Ruiz Picasso (uno de los hijos del pintor y al frente de la Picasso Administration) recibió una primera solicitud de autentificación por parte de los Le Guennec, paso esencial antes de proceder a su venta.
Claude Picasso se quedó boquiabierto. Porque no era sólo que nunca hubiera dejado en manos privadas semejante cantidad de obras de Picasso; es que ninguno de esos trabajos estaba recogido en el inventario de obras del pintor realizado bajo la supervisión de Maurice Rheims. Nadie los conocía. Pero por otro lado, al verlos, y a pesar de que ninguno estaba firmado, no tuvo dudas: habían salido de la mano de Pablo Picasso.
A Claude Picasso también le llamó la atención que las obras hubieran sido todas ellas realizadas en un período muy bien definido, entre 1900 a 1932, y que su padre hubiera decido regalar trabajos que había estado guardando con celo durante 40, 50, 60 o 70 años.
El 23 de septiembre de 2010, los herederos de Picasso presentaron una denuncia por robo y ocultamiento contra el electricista y su mujer. Y este martes, tras cuatro años de instrucción, el juicio comenzó. Se calcula que durará tres días y, si son declarados culpables, Pierre Le Guennec y su señora podían ser condenados a cumplir hasta cinco años de prisión y a pagar una fuerte multa.
"La cuestión no es si Picasso era generoso o no", asegura el abogado de la familia del artista. "Picasso no era un inconsciente respecto a sus obras". Y lo mismo afirma Maya, hija de Picasso y parte civil en el juicio, al igual que el resto de herederos. "Mi padre nunca hubiese regalado un conjunto así a Le Guennec. Siempre que hacía regalos los elegía con cuidado y los dedicaba y firmaba. Es imposible", asegura en declaraciones a una emisora de radio.