Emilio Mejía, el último personaje popular que interpretó Jorge Sassi

El fallecido actor logró conquistar al público con la interpretación de un mayordomo gay en la ficción Dulce Amor

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Jorge Sassi falleció este lunes a los 67 años, pero quedará en el recuerdo de los argentinos por sus trabajos en cine, televisión y teatro. En 2012 y 2013, conquistó al público con el personaje Emilio Mejía, un mayordomo gay que aportaba una dosis de humor en la ficción Dulce Amor, protagonizada por Sebastián Estevanez y Carina Zampini.

En una entrevista con AM, el actor explicó que este personaje nació de un tráiler de 2010 y que fue creciendo a medida que avanzaba la historia. Además, señaló que el público se encariñó por "el espíritu de la época, hay una apertura muy grande con respecto a lo gay, lo igualitario".



También había declarado en Clarín que "siempre se jugaba" en sus interpretaciones y detalló las características que tenía este mayordomo gay: "Emilio tiene algo clownesco, esa cosa de la comedia del arte italiana que tengo también yo como actor, que está en mi raigambre".


Luego, explicó las razones por las que consideraba un "desafío" realizar este papel en la ficción de Quique Estevanez: "Esto del estereotipo y de la discriminación es donde yo pongo la atención. Por respeto y porque lo tomo como un desafío actoral, el de manifestar cosas más creativas. Y entonces buscás profundizar en la mirada, el gesto, porque si no es mucho más fácil: sacás el gritito, la muñeca quebrada y ya está. Y no. A mí me interesa la parte humana. Yo tengo profundidades con Emilio. Me ha permitido ponerle cosas mías, ponerle emociones, sentimientos".


Por último, aseguró que consideraba al prestigio "una paparruchada": "Yo agradezco a la tira, soy un actor que no reniega de la tira. Creo que la telenovela diaria es un entrenamiento impresionante. Hay generaciones de actores que tienen que estar agradecidos del training que obtuvieron de las tiras. El prestigio es una paparruchada: te estanca como actor, no te permite avanzar. El actor prestigioso resulta aburrido. Yo me corro, y me corrí toda mi vida de ese lugar. Yo quiero prestigiar lo popular, en todo caso; no descalificarlo. Creo que todo tiene que ser hecho con el corazón y con total entrega".