El debate surgió casi por casualidad en la redacción. En días en que casi todos se toman su merecido descanso, alguien disparó: "Qué placer irse sin los chicos". Y enseguida una respuesta: "Ay no, pobrecitos... yo no podría".
¿Pobrecitos? Quizás ellos se quedan chochos, quién sabe.
Listo, había polémica. Sólo restaba buscar especialistas idóneos para opinar del tema y conseguir testimonios de parejas que hayan pasado por la experiencia.
Porque a veces "la nota" no hay que buscarla muy lejos de la vida misma. En lo cotidiano, en el día a día, suelen plantearse interrogantes que ameritan ser pensados con más profundidad.
Y casi sin darnos cuenta estábamos frente a una tendencia. Porque parece que no son pocas las parejas que, más allá de las vacaciones familiares, hacen una escapadita en el año de a dos.
¿Es recomendable? ¿Es bueno para los niños? ¿Es de mal padre necesitar un poco de aire? Pues parece que acá también vale eso de que cada familia es un mundo. Y que si dentro de cada "mundo" las decisiones se toman entre todos y con naturalidad, la cosa fluye.
Pero para saber más sobre el tema y, por qué no, hacernos de tips para una eventual escapadita, Infobae consultó a la doctora Fabiana Cornejo (MN 122820), médica especialista en Psiquiatría, del Instituto Sincronía.
¿Es recomendable para la pareja pasar unos días de descanso lejos de los hijos?
Las vacaciones en familia pueden ser divertidas, pero también pueden convertirse en un motivo más de estrés. En busca de tranquilidad y romanticismo, cada vez son más las parejas que eligen tomarse unas vacaciones lejos de sus hijos, pero muchas no lo hacen porque un sentimiento de culpa los invade. No hace falta pasar por una crisis de pareja o llegar a un pico de estrés para tomar la decisión de viajar en pareja, como antes, y dejar a los niños en casa. Viajar sin hijos es una experiencia que puede resultar muy positiva, no sólo para los padres sino también para los niños.
¿Es positivo para los niños que los padres se vayan de vacaciones sin ellos?
Esta distancia temporal ayudará a que ambas partes se valoren mutuamente e incentivará la autonomía de todos los miembros de la familia. Los niños que logran despegarse de los padres por unos días ganan en autonomía.
Los chicos también necesitan interactuar con otras personas, relajarse, disfrutar de la compañía de otros familiares o amigos que se ocuparán de ellos, y tomarse unas mini-vacaciones de sus padres.
¿Le hace bien a la familia tomar "aire" de vez en cuando?
Un viaje a solas es una buena oportunidad para el reencuentro. Y para recordar que además de ser una familia, son una pareja. Y qué mejor recordarlo estando alejados de las obligaciones y de la rutina diaria, disfrutando del romanticismo y de la intimidad sin interrupciones. Cuando se tienen hijos, las vacaciones se las comparte con ellos hasta que son adolescentes. Durante todo este tiempo, se dispone de muy poco tiempo para estar a solas con la pareja. Se debe saber que esto no es beneficioso para la pareja y, en consecuencia, tampoco para la familia.
El vínculo de pareja, como cualquier otro vínculo, debe ser cuidado y enriquecido día a día. Es por eso que unas pequeñas vacaciones lejos de los hijos son la ocasión ideal para cuidar la relación amorosa y crear un tiempo para estar solos. Además, la rutina diaria, el trabajo y los niños pueden ser un obstáculo para la comunicación. Esta podría ser la oportunidad ideal para tener largas horas de charla ininterrumpidas. Y también, largas horas de silencio. Poder disfrutar de un silencio compartido también forma parte de una buena comunicación. Seguramente, en las vacaciones, se podrá encontrar el momento para reencontrarse, comunicarse, y también para resolver conflictos pendientes.
Es probable que después de años sin despegarse de los hijos se olvide cómo es la pareja, cómo es el vínculo con ella. Y lo que es peor: ¡cómo es uno mismo! Nada mejor que algunos días de distancia para reencontrarse con uno mismo, con lo que le gusta hacer, con lo que le da placer, con las ganas. Es muy probable que de regreso sus hijos se encuentren con unos padres que además de ser padres, son personas, personas íntegras. Y éste es un excelente aprendizaje, tanto para los padres como para los hijos.
Aprovechar de esos días lejos de sus hijos para realizar aquellas actividades que compartían cuando eran novios, como ir al cine, al teatro, a cenar a algún restaurante romántico, experimentar algún deporte extremo no apto para menores. Y por qué no reencontrarse en la intimidad de las sábanas, sin ser interrumpidos por gritos y berrinches.
Esta es la oportunidad ideal para realizar aquellas actividades que no podrían hacer en compañía de sus hijos... Excursiones a cavernas, turismo aventura, buceo, bungee jumping, parapente, ala delta. ¡Y todo lo que se les ocurra!
Al tener hijos es difícil escapar de una rutina que incluye colegios, pediatras, clases de inglés, dentistas, etc. Es sano y natural que deseen tomarse una pausa para recargar energías.
Una pareja unida, con un vínculo afianzado, seguramente cumplirá mejor su función de padres. No hay que sentirse egoístas, ésta es la mejor manera de favorecer un buen ambiente familiar. Volverán a sus casas renovados, de buen humor, con la sensación de haberse recuperado como pareja. Y estarán listos para reencontrarse con sus hijos, con una nueva energía positiva.
"Un viaje a solas es una buena oportunidad para el reencuentro. Y para recordar que además de ser una familia, son una pareja"
¿Cómo resolver si uno de los integrantes de la pareja plantea el plan y el otro no quiere dejar a los hijos?
No es fácil ponerse de acuerdo. Pueden encontrar muchas dificultades y bastantes dudas sobre si dejar o no a los niños. Al reflexionar de no pasar tiempo solos como pareja y al hablar siempre de los niños, del trabajo, de las cuestiones prácticas de lo que hay que hacer, pueden olvidarse de pensar en sí mismos y de decirse cómo se siente cada uno.
¿Hay alguna edad (de los niños) recomendable a partir de la cual poder tomarse los padres este tipo de vacaciones? ¿Cuántos días es conveniente que un niño se quede sin sus papás?
Es aconsejable realizar unas vacaciones lejos de sus hijos con una frecuencia no mayor de dos veces por año. Si sus hijos son menores de 5 años, viajar una vez por año es lo ideal, y pueden sumar alguna escapada de fin de semana.
Los días recomendados para ir de viaje sin hijos son de una semana a diez días. Y no es recomendable realizar este tipo de viajes si alguno de sus hijos es menor de 3 años.
¿Cómo debería ser la rutina del niño en esos días? ¿Es conveniente que no cambie? ¿Que quien se quede a su cuidado vaya a su casa o el niño se traslade?
Es aconsejable que los niños continúen con su rutina habitual. Que no suspendan ninguna de las actividades que forman parte de su cotidianeidad. Desde ir al colegio, hasta el horario para ir a la cama. Esto los ordenará. Claro que pueden realizar planes divertidos para el fin de semana, como visitar a sus amigos o ir a pasear. Lo mejor es aclarar con la persona que estará a cargo de los niños cuáles serán estos planes, para evitar posibles conflictos.
Si sus hijos son pequeños, menores de 6 años, lo ideal es que se queden en casa. Por lo general, extrañan mucho menos a sus padres cuando están entre sus cosas.
¿Cómo manejar la culpa?
Desear estar solos es algo bueno y no tendría que vivirse con culpa. Claro que no podrá disfrutarse el viaje si sienten que están abandonando a sus hijos y que ellos están padeciendo de su ausencia. Hay que relajarse. Y para relajarse es necesario que realice algunos preparativos previos y tome algunos recaudos.
Aquí, algunos tips para viajar tranquilos y para que sus hijos también disfruten de estas mini-vacaciones:
* Dejar a los niños con una persona especial
Es muy importante dejar a sus hijos al cuidado de una persona de confianza durante algunos días. Debe ser una persona representativa para ellos y que al mismo tiempo se encuentre en condiciones y capacitada para ocuparse de los niños durante estos días. Es importante que tenga disponibilidad horaria, que sea una persona responsable y que les inspire confianza, a ustedes y a los niños. Puede ser una abuela, una tía, una amiga de la familia; alguien que se entienda bien con ellos.
* Dejar además a una persona de "respaldo"
Además de esta persona es recomendable que haya otra persona de "respaldo", por cualquier imprevisto que pudiera suceder. Si tienen a alguien que cuida habitualmente de sus hijos mientras está fuera de casa, puede ser una buena opción. Esto les brindará mayor tranquilidad a ustedes, a los niños y a la persona que estará a cargo la mayor parte del tiempo.
* Realicen un "simulacro"
Es recomendable que los días previos al viaje la persona que estará a cargo de los niños realice algunas visitas a la casa. Pueden invitarla a cenar. Este podría ser un buen momento para charlar todos juntos, en presencia de los niños, acerca de lo que está a punto de suceder.
Pueden, entre todos, contarle a esta persona cuáles son las rutinas de la casa, dónde se guardan las cosas, etc. También es una buena idea realizar unos días antes al viaje una noche de "simulacro". Pueden salir al cine o a cenar y dejar a los niños al cuidado de esta persona para asegurarse de que todo saldrá bien. Esta será una manera de que los niños se familiaricen con esta persona y con la idea de que pronto estarán a su cuidado.
* Dejar apuntados teléfonos importantes por si acaso
En un lugar visible dejen anotados, con letra clara, los números telefónicos para casos de emergencia: bomberos, policía, pediatra, servicio médico. Los teléfonos de otros familiares cercanos y el teléfono de la persona "a cargo" y la persona de "respaldo". Además, el teléfono del hotel en donde estarán alojados (con el número de la habitación), y el número de su teléfono móvil. Nada malo sucederá, pero es mejor estar tranquilos.
* Dejar todo preparado
Antes de irse es una buena idea haber realizado las compras en el supermercado, dejar la heladera llena y el menú previsto para todos los días que durará el viaje. Dejen la casa limpia y ordenada, el botiquín completo y toda la documentación que la persona que estará a cargo de los niños pudiera necesitar (documentos, credencial del servicio médico, etc.).
Realicen una visita previa al pediatra para asegurarse de que todo esté en orden. Y, lo más importante, ¡preparen a sus hijos! Conversen con ellos sobre el futuro viaje, en lo posible con algunas semanas de anticipación. Calmen sus miedos, respondan sus inquietudes y remarquen lo positivo que será esta experiencia para toda la familia. Pueden conversar acerca de todo lo que harán durante estos días y todo lo que harán todos juntos una vez que regresen.
* Procurar que los chicos se diviertan durante estas mini-vacaciones
Pueden elegir juntos, antes de partir, los videos que verán durante los días que dure el viaje. Comprar películas, juegos de mesa, disfraces. Piensen juntos cómo se divertirán durante estos días sin ustedes. Para ellos también serán unas vacaciones, y habilitando momentos de diversión, así se sentirán.
* Dejar sorpresas para sus hijos en la casa
Una buena idea es esconder una bolsa para cada uno de sus hijos en diferentes sitios de la casa. La bolsa podría contener golosinas, pequeños regalos y cartas con mensajes y dibujos. Una bolsa por cada día de viaje, por ejemplo. Cada noche, antes de irse a dormir deberán buscar por la casa una nueva bolsa. Así, los días pasarán más rápido y la espera será más divertida. Y a la vuelta: ¡No olviden traerles regalos! Sabrán que pensaron en ellos durante el viaje.
* Hablar a casa con regularidad
Es importante comunicarse con los niños todos los días, en lo posible a la misma hora. Esto generará una nueva rutina que los tranquilizará, a ellos y a ustedes. Si por alguna eventualidad no podrán hacerlo, avísenles con anticipación.
También pueden escribirles mails, enviarles fotos o utilizar servicios como Skype para tener una videollamada y poder verse.
En lo posible, despídanse en casa. Esto evitará sumar dramatismo a la situación y que tus hijos vivan este evento con mayor naturalidad.
Ellos se animaron ¡y repetirían la experiencia!
Infobae habló con dos mujeres que viajaron con sus maridos a solas, una de luna de miel y la otra de escapadita de fin de semana.
"Nunca pasó factura y cada tanto nos sugiere que nos vayamos de nuevo" (Paula, 31 años)
Nos fuimos solos con mi marido hace tres años, cuando mi hija tenía dos años. Y si bien nos cuestionamos si hacerlo los tres o solos, creo que lo que nos hizo decidir fue la misma razón por la que se estaba dando la posibilidad de viajar y era que era nuestra luna de miel y sabíamos que era esa oportunidad y no sabíamos cuándo más se iba a dar. De hecho, después viajamos siempre los tres, obvio, condicionando la elección del destino, y ajustando tiempos e itinerarios que mechen intereses para todos.
Lo que hicimos fue cambiarle su rutina lo menos posible, quedándose ella en casa en su cuarto y con sus cosas y se mudó mi suegra y alternaban mi mamá y hermanas. Siguió yendo al jardín y seguramente la malcriaron un montón.
Yo le escribí una carta por día con un regalo. En la carta le hablaba en presente contándole cosas que iba viendo y el regalo podía ser un huevo Kinder, rompecabezas, barrilete (fui a Once y me aprovisioné).
Lo de la carta fue idea de una mamá del jardín, a quien se lo habían hecho de chica!!!
Usamos Skype obviamente, pero ella mucha bolilla no daba, lo cual me angustiaba un poco. Pero me tranquilizaba que me contaban que esperaba la carta ansiosa.
En cuanto al extrañar... me costó a partir de la segunda semana. Es más, si me tuviera que ir a algún lado, ese sería mi límite, 9 días. No era de esas mamás que lloran en el avión tampoco. Si había tomado la decisión, le daba para adelante y disfrutaba mi viaje. De todo se aprende y era consciente de que no lo iba a volver a hacer por lo menos hasta que fuera más grande.
El recibimiento fue genial. Llegó el remís a la casa de mis suegros y ella gritaba y saltaba en la ventana. Nos abrazó mucho y nunca pasó factura. Es más, ¡cada tanto nos sugiere que nos vayamos de nuevo!
"Lo pasamos hermoso los cuatro, y ver sus caras cuando volvimos fue mágico" (Victoria, 35 años)
La idea de hacer un viaje solos fue de ella, cuando su segunda hija Olivia tenía 9 meses y Nacho, 4 años.
Cuando hicimos el curso prematrimonial, que lo dictaban matrimonios de años y contaban su experiencia para "seguir de pie" a pesar de los hijos, me quedó una frase grabada a fuego: si los papás están bien, los hijos también, siempre desde el amor. Y quedó planteado el desafío de respetar las individualidades del grupo familiar y fomentar la pareja. Entonces a mí se me ocurrió lo que llamamos con Mati "la salida del mes". Es una salida en la que nos producimos para el otro e inventamos algo lindo para hacer "de a dos" y hablar un rato de corrido (no es menor). En esa salidas Nacho (4) y Oli (1) se quedan con las abuelas. Para mí no hay circuito más perfecto: los papás contentos, los hijos contentos y las abuelas "chochas". Fortalece los vínculos y les da confianza a los más peques. Eso pienso yo, siempre recordando mi infancia, que ir a lo de mis abuelos era un plan perfecto, como ir de viaje a Disney.
Fue así que el año pasado decidí regalarle a Mati para nuestro aniversario una escapada a Santiago de Chile, durante el fin de semana largo de octubre. Lo pasamos muy lindo y nos encontramos disfrutando de a dos, sin culpas, porque nuestros hijos estaban felices. Ellos se quedaron con mi mamá y la señora que los cuida siempre, para que no sea tanto trabajo para mamá. Parte del tiempo estuvieron en casa y parte en lo de mamá, para que tuvieran sus cosas de siempre.
Obvio que los extrañamos y ellos a nosotros, pero siempre tratamos de que sea desde un lugar sano. Y cuando nos vamos, como estamos convencidos de lo que hacemos, creo que ellos lo toman natural.
Nos comunicábamos por Skype a la mañana y a la noche, y unos de los celulares tenía habilitado el servicio de roamming, así nos quedamos tranquilos y no dependíamos del wifi para estar conectados.
Lo pasamos hermoso los cuatro, y ver sus caras cuando volvimos fue mágico. ¡Y ver cómo esperan los ansiados regalos también!