¿La revancha de la cerveza? Esta bebida considerada una de las enemigas de las dietas está siendo reivindicada por un estudio científico que demuestra las propiedades nutricionales en su consumo moderado.
El estudio realizado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria asegura que las bebidas fermentadas, como la cerveza, cumplen un rol fundamental puntualmente en la dieta mediterránea, considerada una de las más saludables a nivel mundial y declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2010.
En ese aspecto, aclaran que "el consumo moderado de esta bebida (330 ml) mejora la calidad nutricional de la dieta mediterránea y colabora para incorporar otros alimentos saludables". Así, la cerveza se suma al aceite de oliva, frutas y vegetales, granos, nueces, lácteos y pescados que son algunos de los alimentos que conforman la base de este tipo de dieta.
La importancia de incorporar la dieta mediterránea como estilo de vida saludable, se debe a que está asociada a la disminución del riesgo cardiovascular, a la prevención de la obesidad, la hipertensión y la diabetes.
Según el informe, dirigido por el doctor Lluís Serra, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la cerveza tiene propiedades beneficiosas debido a su baja graduación alcohólica (5%) y los ingredientes naturales con los que está elaborada (maltodextrinas y carbohidratos complejos de absorción lenta). Por estos motivos, resulta un alimento muy completo para incorporar a la dieta.
Además, sugieren que la presencia de cerveza en el acompañamiento de la dieta mediterránea aumenta la adherencia a la misma.
"Las personas acostumbran a llevar una alimentación más saludable, si la bebida de acompañamiento es la cerveza"
Por su parte, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) es otro de los actores que recomienda el consumo moderado de esta bebida en la Pirámide de la Alimentación Saludable.
Seguramente resten nuevas investigaciones que puedan aportar más datos sobre dos aspectos importantes en el consumo moderado: primero, su alta asociación con hábitos de estilo de vida y dietarios saludables; y, segundo, el rol que algunos de sus componentes generales (alcohol) y específicos (por ejemplo, los polifenoles) pueden tener en la salud humana.