Cuba detuvo temporalmente a unas 140 personas por motivos políticos durante el mes de enero, a pesar del acuerdo con los Estados Unidos para restaurar las relaciones diplomáticas y del viaje de una delegación norteamericana a la isla con tal fin. "La naturaleza del régimen cubano no ha cambiado y no hemos afirmado eso", sostuvo el principal funcionario de derechos humanos del Departamento de Estado de los EEUU, Tom Malinowski, en una audiencia en el Congreso sobre la nueva política del gobierno de Barack Obama hacia Cuba.
"Hemos visto un significativo descenso de los arrestos, pero no quiero decir que represente una tendencia", agregó. En La Habana, la disidente Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional aportó ayer otro número y señaló que las detenciones temporales por razones políticas cayeron en enero a 178 frente a 489 en el mes anterior.
"Hemos visto un significativo descenso de los arrestos, pero no quiero decir que represente una tendencia"
Las detenciones arbitrarias por corto tiempo son una modalidad aplicada por el régimen de Raúl Castro que ha sido largamente denunciada por la oposición. El año pasado, hubo un total de 8.899 casos, lo que representa un aumento del más del 300% en los últimos cinco años. Sin embargo, la cantidad de episodios comenzó a reducirse en la segunda mitad de 2014, en coincidencia con el anuncio del acuerdo con los Estados Unidos.
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Como parte de ese diálogo, el gobierno de Obama impuso la liberación de 53 presos políticos detenidos en la isla, algo que se concretó a principios de enero. Por otro lado, también se había arreglado que Cuba dejara en libertad al contratista estadounidense Alan Gross y Estados Unidos, a tres hombres cubanos condenados por espionaje.
"Cuba sigue siendo un Estado unipartidista que intenta controlar toda actividad"
"Todos estamos de acuerdo en que la liberación de estos presos políticos no cambia nada en Cuba por sí mismo. Cuba sigue siendo un Estado unipartidista que intenta controlar toda actividad política, cultural y económica. El Gobierno continúa vigilando todo lo que ocurre, desde las plazas de La Habana hasta las reuniones independientes de la sociedad civil en las provincias", señaló Malinowski.
Aunque el gobierno de Obama advirtió que la política cubana con respecto a la disidencia sigue siendo represiva, subrayó que el restablecimiento de las relaciones es un "primer paso hacia la normalización". Malinowski remarcó, además, que "ninguno" de los problemas que azotan a Cuba "es culpa de Estados Unidos", pero, como apuntó la subsecretaria de Estado para Latinoamérica, Roberta Jacobson, los nuevos pasos dados hacia la isla ya no permitirán que nadie responsabilice a Washington de lo que ocurre en La Habana.
El acuerdo de acercamiento entre los dos países fue anunciado el pasado 17 de diciembre. Pese a las acciones ejecutivas de Obama, quien ya ha suavizado algunas restricciones en materia de viajes y comercio, el levantamiento de la totalidad del embargo económico que pesa sobre la isla depende de la aprobación del Congreso de Estados Unidos.