Tras haber sido señalado por el gobierno nacional como sospechoso por la muerte del fiscal Alberto Nisman, Diego Lagomarsino comenzó este miércoles su contraataque. Su abogado, Maximiliano Rusconi, adelantó que pedirán a la Justicia que se cite a la presidente Cristina Kirchner y el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, por sus dichos.
Esta mañana, el funcionario redobló la apuesta y se mostró dispuesto a declarar en la causa: "Si la jueza entiende necesario, oportuno y conveniente, lo haré. Nunca me he guardado nada de lo que digo".
El ex senador y jefe de Gabinete nacional vinculó una vez más al técnico informático con los servicios de inteligencia, al recordar que José Iglesias, padre de un joven víctima de la tragedia de Cromañón, denunció haberlo visto tomando fotografías de sus marchas. "Quien dice que Lagomarsino iba a las marchas de Cromañón y a la casa del doctor Iglesias es el propio Iglesias. Lo declararon Iglesias y Beatriz Campo, su entonces pareja. Qué estaba haciendo tendrá que explicarlo Lagomarsino", apuntó.
En el contacto diario que suele tener cada mañana con los medios al llegar a Casa Rosada, Aníbal Fernández puso en duda la declaración de Lagomarsino e incluso aseguró que no cree en "el 98%" de sus dichos.
Pero la última persona en ver con vida a Nisman no fue el único blanco de sus críticas. También lo fue la fiscal Viviana Fein, luego de que desmintiera a la propia Cristina Kirchner al asegurar que su regreso de Europa no fue imprevisto, sino que ya había sido planificado.
Como lo hizo la cuenta de Twitter @CasaRosadaAR, Aníbal Fernández recordó que el propio investigador del caso AMIA había enviado a sus amigos más cercanos un mensaje de WhatsApp para informarles de su regreso anticipado. "Lo que dice el Whatsapp es lo que sucedió", concluyó.