La espeluznante cifra de que unos 42.000 jóvenes brasileños habrán perdido la vida de forma violenta entre 2013 y 2019 fue estimada por un estudio sobre homicidios en la adolescencia presentado hoy en Río de Janeiro por el Gobierno y organizaciones no gubernamentales. Según datos de esta investigación, 7.592 personas con edades entre los 12 y los 18 años murieron de forma violenta en 2012; cifra que permite proyectar la muerte de otros 42.000 adolescentes por este motivo entre 2013 y 2019.
Los datos del estudio, elaborado de forma conjunta por la Secretaría de Derechos Humanos de la Presidencia de Brasil, Unicef, el Observatorio de las Favelas y el Laboratorio para el Análisis de la Violencia de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (Uerj), arrojan además luz sobre el grave problema de desigualdad racial que existe en el país en torno a la violencia contra los adolescentes.
De acuerdo con el informe, realizado en los 288 centros urbanos con una población superior a los 100.000 habitantes y basado en datos de 2012, de cada 100.000 jóvenes en Brasil que en ese año cumplieron los 12 años, 332 de ellos están en peligro de no llegar a los 19 años, víctimas de un homicidio. Este dato supone un notable incremento del 17 por ciento con respecto a los datos de 2011, cuando la cifra fue de 284 muertes por cada 100.000 habitantes.
El profesor de la Universidad del Estado de Río de Janeiro Ignacio Cano aseguró que "hay tres veces más posibilidades de que muera violentamente un niño negro que un niño blanco". Para Nilma Lino Gomes, ministra de la Secretaría de Políticas de Promoción de Igualdad Racial y quien también participó en la presentación del reporte, "esta violencia que incide en los adolescentes negros, principalmente, es una cuestión de Estado".
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"La desigualdad se manifiesta en este mapa de violencia", pese al éxito de las políticas sociales llevadas a cabo en los últimos doce años, afirmó la ministra de la Secretaría de Derechos Humanos, Ideli Salvatti, presente en el acto. La región noreste de Brasil, la más pobre del país, presenta la mayor incidencia de violencia mortal, con 597 muertes de jóvenes por cada 100.00 habitantes.
En cambio, la región sureste, la más rica y poblada, confirma su tendencia a la baja de los últimos 10 años, con apenas 225 casos. De entre las ciudades más importantes del país, Fortaleza, con 992 muertes por cada 100.000 habitantes, y Salvador, con 832, son las que presentan una situación más negativa.
Por otro lado, los chicos tienen un riesgo 11,92 veces mayor de ser víctimas de un homicidio que las chicas; siendo las armas de fuego el principal medio empleado en estos casos de homicidio. Se trata de "una situación brutal y sistemática de violencia contra los adolescentes", en palabras del representante de Unicef en Brasil, Gary Stahl.
Según los datos ofrecidos hoy por el Gobierno, mientras que la tasa de mortalidad por causas violentas alcanza un 36,5% entre los niños y adolescentes, muy por encima del 4,8% de la población en general, "sólo el 0,1% de estas muertes es causada por los más jóvenes", recalcó Salvatti.
Un plan para combatir la violencia contra los jóvenes
Durante la presentación del informe, la ministra Ideli Salvatti anunció que el gobierno de Dilma Rousseff creará en 2015 un grupo de trabajo interministerial que tendrá como misión la elaboración de un Plan Nacional de Lucha contra la Violencia Letal de Niños y Adolescentes.
"Es imposible frenar esta violencia si el Estado no actúa como un todo", señaló. Por esta razón, una de las prioridades del Gobierno será fortalecer las acciones de promoción y defensa de los derechos de los más jóvenes, para así "prevenir las muertes acabar con este ciclo de violencia".