El lunes fue un día histórico para Chile porque se aprobó la tan esperada reforma educativa que prometió Michelle Bachelet en su campaña electoral y se dio el debate sobre un tema clave de cara al futuro del país.
Sin embargo, no todos piensan que la aprobación haya sido lo mejor que le pudo pasar a la nación. Hay voces a favor y en contra del polémico proyecto.
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Tras la votación, el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, expresó su "gratitud y satisfacción" con el respaldo parlamentario, tras 10 meses de discusión. "Al final del día, lo importante es que la democracia ha construido sus propios fundamentos para avanzar en una educación de calidad. Éste es un proyecto que sienta la base filosófica de cómo se construye la educación en Chile, un país donde buscamos que los estudios de los niños ya no se decidan por la capacidad económica de sus padres", indicó Eyzaguirre.
Por su parte, la ex líder estudiantil y diputada Camila Vallejo destacó: "Este proyecto hace justicia al desmantelar tres pilares de las leyes de mercado, nos estamos poniendo a la altura de países desarrollados que trabajan por poner en primer lugar el criterio de equidad".
"Los padres de menores ingresos conocerán ahora lo importante que es no tener que pagar más recursos para garantizar la educación de sus hijos", subrayó. Y agregó: "Estamos muy contentos, porque ha sido una batalla difícil, no solamente desde 2011, sino desde mucho antes".
Pero no todas fueron voces de optimismo y alegría. Hay algunos que piensan que se cometió un grave error y que la medida tendrá resultados negativos.
Uno de ellos es el diputado opositor José Manuel Edwards. "La aprobación de la reforma es el símbolo de la aplanadora final", sostuvo el legislador. Denunció que el timonel de la Cámara baja actuó "como si estuviera en su casa", sin aplicar el reglamento y "desalojando parcialmente a algunas personas de las tribunas y dejando a sus partidarios dentro".
"Esto es un símbolo de cómo han pisoteado a Chile", subrayó. Y también respaldó la decisión de parlamentarios de la Alianza que abandonaron la sala en el momento de la votación del articulado. "La pregunta es cómo se honra a la democracia haciendo una reforma educacional que los chilenos simplemente no apoyan".
"Es una reforma que no va a la calidad, sino simplemente quiere ahogar, estrangular, torturar usando el método de la 'gota china' para que finalmente los colegios particulares subvencionados terminen dejando de existir, y lo hacen de manera que afecte al próximo gobierno".
Otra de las voces contrarias al proyecto es la de la diputada María José Hoffmann (UDI), quien fue más allá y disparó: "En este gobierno o en el próximo vamos a cambiar esta reforma".
"Esta reforma no tiene legitimidad ciudadana, limita el derecho de los padres a elegir, limita la libertad de enseñanza y mata la educación pública de calidad, como el Instituto Nacional", concluyó.