Los Jefes de Estado y dignatarios de todo el mundo acuden este sábado a Riad para presentar sus condolencias al nuevo rey de Arabia Saudí, Salman, un día después de la muerte de su medio hermano Abdalá, que reinó durante una década.
El presidente estadounidense, Barack Obama, decidió acortar una estancia en India, adonde llegará el domingo, para viajar a Arabia Saudí, anunció este sábado la Casa Blanca.
Obama y su esposa Michelle viajarán a Riad el martes para dar el pésame "en nombre del pueblo estadounidense" al nuevo monarca saudí, Salman. El mandatario saludó en Abdalá a un aliado "sincero" y "valiente".
Igualmente el francés François Hollande, el primer ministro británico David Cameron, el príncipe Carlos de Inglaterra, el rey Felipe de España, el presidente venezolano Nicolás Maduro y el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, están entre los líderes que acuden desde este sábado a la capital saudí.
La visita del canciller iraní es poco común para un responsable de la República islámica chiita al gran rival regional sunita.
Varios dirigentes musulmanes ya asistieron el viernes al funeral y al entierro de Abdalá, una ceremonia sencilla en la mezquita Imán Turki de Riad. Posteriormente se sumó a la ceremonia el presidente palestino Mahmud Abas, así como el turco Recep Tayyip Erdogan.
Abdalá, de unos 90 años, falleció el viernes en el hospital donde ingresó el 31 diciembre por una neumonía. Desde que subió al trono en 2005, el monarca fue un aliado clave de Estados Unidos entre los países árabes. Arabia Saudí se sumó el año pasado a la coalición liderada por Washington para llevar a cabo bombardeos aéreos contra el grupo Estado Islámico.
Unas horas después de la entronización de Salman, cientos de saudíes acudieron a jurar "obediencia y fidelidad" a su nuevo soberano y al príncipe heredero Muqrin en un palacio real de Riad, tal como exige la tradición.
"Permaneceremos en la senda recta que este Estado ha seguido desde su creación", dijo Salman, nuevo soberano
En su primer discurso, Salman, de 79 años y con problemas de salud, declaró que no habrá cambios en la política de este reino ultraconservador sunita del Golfo, primer exportador mundial de petróleo, peso pesado de Oriente Medio.
"Permaneceremos, con la fuerza de Dios, en la senda recta que este Estado ha seguido desde su creación por el rey Abdelaziz Ben Saud y sus hijos después", afirmó el nuevo monarca.
Las primeras decisiones de Salman fueron nombrar a Mohamed Ben Nayef como futuro príncipe heredero, segundo en el orden sucesorio después de Muqrin, y nombrar ministro de Defensa a uno de sus hijos, Mohamed Ben Salman.
Tras las palabras del nuevo soberano sobre la continuidad en la política del principal productor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), los precios del crudo cayeron el viernes hasta un nivel inédito desde hace casi seis años en Nueva York.
Arabia defiende con firmeza el mantenimiento de la producción de la OPEP a su nivel actual, aun a riesgo de que se aceleren esta caída de precios del crudo (-50% desde junio). El poderoso ministro de petróleo, Ali Al Naimi permanecerá en el cargo.
El monarca fallecido, que oficialmente reinó una década pero manejó las riendas del poder durante diez años más tras el ataque cerebral de su hermanastro Fahd en 1995, ejerció una gran influencia en la política regional.
Sin embargo, defraudó a los reformistas, sobre todo en materia de libertad de expresión y de derechos de las mujeres, que siguen sin poder conducir vehículos.
Arabia Saudí, un país fundado en 1932 en la región donde nació el islam en 622, alberga los dos principales lugares santos musulmanes, La Meca y Medina.