La Subdirección Antiterrorista de la policía francesa y la Dirección Central de la Policía Judicial han establecido que el terrorista Amedy Coulibaly compró un Mini-Austin de color negro en un concesionario en Burdeos, en el sur de Francia, coche que luego vendió en Bélgica a cambio de algunas de las armas utilizadas en los dos ataques que perpetró en París.
"Una compra realizada el pasado mes de septiembre, en presencia de su compañera, Hayat Boumeddine", según revelaron fuentes de ambos organismos al diario Le Parisien. El vehículo aún no ha aparecido y la policía sospecha que pudo servir "de moneda de cambio al terrorista para procurarse armas a través de un traficante en Bélgica".
Las autoridades belgas detuvieron poco después de los ataques a Neetin Karasular, un reincidente que podría haber comprado el coche a Coulibaly, aunque su abogado niega que existiera un intercambio de armas. El auto, en cualquier caso, no sería el que utilizó Coulibaly para llegar por carretera hasta España, donde estuvo entre el 30 de diciembre y el 2 de enero pasados.
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Se sospecha que acompañó al aeropuerto de Madrid en un coche alquilado a su mujer y a otras tres personas: Mohamed Belhoucine, que había sido condenado a dos años de prisión en Francia por pertenecer a una red que mandaba yihadistas a países en conflicto, a la esposa de éste y a su hijo.
Allí se les sumó Sabry Mehdi Belhoucine, hermano de Mohamed y también presuntamente vinculado a las redes integristas, que habría viajado en autobús. Todos menos Coulibaly se repartieron en dos vuelos con destino a Estambul el día 2 de enero y las autoridades sospechan que desde Turquía pasaron a Siria.
Las fuerzas de seguridad creen que Coulibaly regresó a Francia el día 6 de enero, en la víspera del atentado que los hermanos Said y Cherif Kouachi perpetraron contra la redacción del semanario Charlie Hebdo, con 12 muertos.
Dos días después, Coulibaly se sumó a los ataques con el asesinato de una policía y el viernes 9 secuestró a varios rehenes en un supermercado judío de la capital y mató a cuatro de ellos antes de ser abatido por la Policía. Ese mismo día, casi simultáneamente, la policía abatió a los hermanos Kouachi, atrincherados en una imprenta al norte de París.
Los atentados dejaron un saldo total de 17 víctimas mortales y los tres terroristas muertos, aunque aún se intenta esclarecer si los autores materiales recibieron "apoyo logístico" de otros cómplices. En ese sentido, la Policía mantiene detenidos a nueve de las 13 personas arrestadas el viernes en la región parisina por su posible relación con los terroristas.