"Pablo no vino a ser el primer refuerzo. No hay doble discurso. Está en etapa de recuperación luego de una operación. Tiene muchas ganas y nosotros lo vamos a acompañar, pero todavía es muy pronto", con esa cautela se refería Marcelo Gallardo a Aimar apenas iniciada la pretemporada. Y no fueron palabras sin sentido las del entrenador, ya que el cordobés se dedicó a ponerse a punto entrenado siempre separado del plantel. Incluso dependiendo de cómo le respondiera su físico (una lesión en el tendón y tobillo derecho lo llevó a ser intervenido quirúrgicamente y a no poder jugar desde abril del año pasado), el ídolo iba a decidir si firmaba un vínculo o armaba el bolso y se marchaba para sus pagos.
Lo cierto es que en el momento de mayor malestar del 'Muñeco', luego de perder el primer amistoso con Universitario de Perú no dudó en disparar contra la dirigencia por no contar con refuerzos (según trascendió en las últimas horas, el fastidio se habría generado porque él brindó una lista de incorporaciones antes de disputar las Semis de la Sudamericana con Boca y no le concretaron ninguna), el 'Payaso' es quien le genera las primeras sonrisas.
¿Cuál es la novedad? Se trata de que por segundo día consecutivo el ídolo de Lionel Messi pudo calzarse los botines, situación que no podía realizar anteriormente sin que su malherido tobillo lo aquejara, y hasta comenzó a realizar ejercicios con la redonda en sus pies. Aunque sigue trabajando aparte junto a los kinesiólogos Jorge y Franco Bombicino, su gran evolución ya entusiasma a propios y extraños.