El escritor Michel Houellebecq quedó en el ojo de la tormenta. El mismo día en que los hermanos Chery y Said Kouachi perpetraron el peor atentado terrorista de la historia reciente de Francia contra la redacción de Charlie Hebdo, la tapa del semanario satírico francés lo representaba como mago realizando dos predicciones: "En 2015, perderé mis dientes... en 2022, ¡haré el Ramadán!".
La viñeta fue consecuencia de la publicación de "Sumisión", la sexta novela del escritor que causó una polémica mayúscula en los días previos al ataque orquestado por Al Qaeda desde su filial de Yemen.
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La portada de Charlie Hebdo del 7 de enero de 2015 caricaturiza al "mago Houellebecq" y sus "predicciones"
Es que Houellebecq traza el perfil de una Francia a punto de elegir como presidente al líder de un partido musulmán -Mohammed Ben Abbes- que vencerá en la segunda vuelta a Marine Le Pen, actual representante de la derecha gala. Pero en la versión de "Sumisión", Le Pen cuenta con el apoyo de los socialistas, que hoy están en el polo opuesto del mapa político.
Al día sigueinte de las elecciones, los cambios culturales en la Francia islámica de Houellebecq son tan radicales que hoy resultan imposibles de imaginar. Es por eso que el semanario se ríe sus "predicciones" en la edición del fatídico miércoles 7 de enero.
Houellebecq describe cómo sería Francia con un gobierno musulmán
En una entrevista concedida al diario español El País, previa a la sucesión de atentados de París que dejaron 19 muertos en tres días, el escritor defendió su libro. Aquí reproducimos parte del reportaje.
¿Por qué lo ha hecho?
Por varias razones. En primero lugar, creo, es mi trabajo, aunque la palabra no me guste. Percibí unos grandes cambios cuando volví a instalarme en Francia, aunque estos cambios no sean específicamente franceses, sino más bien de occidente en general. Creo que la segunda razón es que mi ateísmo no ha sobrevivido del todo a la cantidad de muertes a las que me he tenido que enfrentar. De hecho, empezó a parecerme insostenible.
¿Cómo clasificaría este libro?
La frase ficción política no está mal. No creo que haya leído muchos ejemplos similares, pero en cualquier caso he leído algunos, más de la literatura inglesa que en francés.
¿Es ésta una novela satírica?
No. Tal vez una pequeña parte del libro satirice a los periodistas políticos, y a los políticos un poquito también, para ser sinceros. Pero los personajes principales no son satíricos.
¿De dónde sacó la idea de una elección presidencial, en 2022, que se concretara en Marine Le Pen y el líder de un partido musulmán?
Bueno, Marine Le Pen me parece una candidata realista para 2022, incluso para 2017... El partido musulmán es más... Ahí está el núcleo del asunto, la verdad. Intenté ponerme en el lugar de un musulmán y me di cuenta de que, en realidad, están en una situación totalmente esquizofrénica. Porque en general a los musulmanes no les interesan los temas económicos, sus grandes temas son los que hoy en día llamamos sociales. En estos temas, evidentemente, están situados muy lejos de la izquierda e incluso más lejos aún de los Verdes. Solo hay que pensar en el matrimonio gay para entender lo que quiero decir, pero se puede decir lo mismo de todo un abanico de temas. Y tampoco se ven razones por las que vayan a votar por la derecha, y mucho menos por la extrema derecha, que les rechaza de plano. Así que si un musulmán quiere votar, ¿qué se supone que tiene que hacer? La verdad es que está en una situación imposible. No tiene representación alguna. Sería un error decir que su religión no tiene ninguna consecuencia política: sí que las tiene. También las tiene el catolicismo, ciertamente, incluso aunque los católicos hayan sido más o menos marginados. Por esas razones, me parece a mí, un partido musulmán tiene mucho sentido.
"Si un musulmán quiere votar, ¿qué tiene que hacer? Está en una situación imposible"
Pero imaginar que un partido como ese pueda estar en situación de ganar unas elecciones presidenciales dentro de siete años...
Estoy de acuerdo, no es muy realista. Por dos razones, en realidad. Primero, y esto es lo más difícil de imaginar, los musulmanes tendrían que lograr llevarse bien entre ellos. Para eso haría falta alguien extremadamente inteligente y con un extraordinario talento político, cualidades que yo le doy a mi personaje Ben Abbes. Pero un talento extremo es, por definición, un fenómeno raro. Y aun suponiendo que este personaje existiera, el partido podría despegar, pero llevaría más de siete años. Si nos fijamos en cómo lo han hecho los Hermanos Musulmanes, vemos redes regionales, obras de caridad, centros culturales, centros de oración, centros de vacaciones, servicios sanitarios, algo que se asemeja a lo que hizo el Partido Comunista. Yo diría que en un país en el que la pobreza va a seguir extendiéndose, este partido podría atraer a gente mucho más allá del musulmán "medio", si puedo llamarlo así, puesto que en realidad ya no existe un musulmán "medio" desde que tenemos a gente que no es de origen norteafricano convirtiéndose al islam... Pero un proceso como este llevaría varias décadas. El sensacionalismo de los medios ejerce un papel negativo, la verdad. Por ejemplo, les encantó la historia del tipo que vivía en un pueblo de Normandía, que era tan francés como el que más, que ni siquiera venía de una familia rota, que se convirtió y se marchó a hacer la yihad a Siria. Pero es razonable pensar que por cada tío como aquel hay varias docenas de tíos que no hacen nada ni remotamente similar. Después de todo, uno no hace la yihad por diversión, ese tipo de cosas solo interesa a gente que se siente muy motivada por ejercer la violencia, cosa que significa que, necesariamente, es solo una minoría.
La sexta novela de Houellebecq salió a la venta en medio de una enorme tensión social
¿Pero por qué decidió contar estas cosas de una manera tan dramáticamente exagerada incluso reconociendo que la idea de un presidente musulmán en 2022 es poco realista?
Ese debe de ser mi lado mercado de masas, mi lado thriller (...) El libro tiene un lado temible. Utilizo las tácticas del miedo.
¿Como la de imaginar el panorama del islam apoderándose del país?
En realidad no está claro de qué se supone que tenemos que tener miedo, si de los nativistas o de los musulmanes. Eso lo dejo sin resolver.
"El libro tiene un lado temible. Utilizo las tácticas del miedo"
¿Se ha hecho usted la pregunta de cuál podría ser el efecto de una novela basada en esta hipótesis?
Ninguno. Ningún efecto en absoluto.
¿No cree que contribuirá a reforzar la imagen de Francia que acabo de describir, en la que el islam cuelga sobre nuestras cabezas como la espada de Damocles, como la más terrorífica de todas las cosas?
En cualquier caso, los medios no hablan de otra cosa, no podrían hablar de ello más. Sería imposible hablar de ello más de lo que ya lo hacen, de forma que mi libro no tendrá ningún efecto.
"Hemos extendido el reino del 'racismo' inventándonos el delito de islamofobia"
En otra parte de la entrevista, el periodista Sylvain Bourmeau debate con Houellebecq sobre los límites entre el racismo, el antisemitismo, la fobia a los musulmanes y las dicotomías que eso genera en un país cristiano con mucha población atea. El escritor hace referencia a cuando fue juzgado por racismo, hace una década: "Cuando me juzgaron por racismo y me absolvieron, el fiscal comentó, correctamente, que la religión musulmana no es un atributo racial. Esto hoy en día se ha hecho aún más evidente. De forma que hemos extendido el reino del "racismo" inventándonos el delito de islamofobia", señala.
Tal vez la palabra esté mal escogida, pero sí que existen formas de estigmatizar grupos o categorías de personas, lo que son formas de racismo...
No, la islamofobia no es un tipo de racismo. Si hay algo que se haya hecho evidente, es eso.
La islamofobia sirve como pantalla de un tipo de racismo que ya no se puede expresar porque va contra la ley.
Yo creo que eso es falso, simplemente. No estoy de acuerdo.