Se cumple un año de la última aparición pública de Fidel Castro

El ex dictador cubano no se muestra desde el 8 de enero de 2014, cuando conmemoró el aniversario de su ingreso triunfal en La Habana. Tampoco escribe ni se ven fotos suyas desde octubre

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Este jueves 8 de enero, una de las fechas más importantes para la Revolución Cubana, se cumple un año de la última aparición pública de Fidel Castro. En esa ocasión, asistió a la "inauguración del Kcho estudio Romerillo, laboratorio para el arte", según había informado el diario oficial Granma.

Este año de ausencia supera el período que cortó su concurrencia a ese evento. Entonces hacía nueve meses que no se lo veía.

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El último testimonio que se conoce de Castro, que ya cuenta 88 años, es una foto del encuentro que mantuvo con Nicolás Maduro el pasado 21 de octubre de 2014. El presidente de Venezuela contó que estuvo reunido durante cuatro horas con el hombre que gobernó Cuba a su antojo entre 1959 y 2006, cuando cedió el poder a su hermano Raúl.

Maduro aseguró que vio a Castro "con una lucidez que impresiona, una energía que impresiona, un orden de ideas que impresiona y una sabiduría excepcional".

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De esos días data también la última de las reflexiones que escribía periódicamente en Granma. En "La hora del deber", publicada el 17 de octubre, se refiere a la epidemia de ébola y al compromiso de los médicos cubanos radicados en África.

Desde entonces, no se volvieron a conocer fotos ni textos suyos. Ni siquiera ameritó una interrupción del silencio el histórico acercamiento entre Cuba y Estados Unidos.

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Tras meses de negociaciones secretas, Barack Obama y Raúl Castro anunciaron simultáneamente el 17 diciembre que habían acordado un intercambio de prisioneros, la reanudación de las relaciones diplomáticas y, lo más trascendental de todo, un levantamiento parcial del bloqueo económico que Estados Unidos mantiene sobre la isla desde 1961.

A pesar de la conmoción mundial que generó la noticia, ya pasaron tres semanas y Fidel no emitió ninguna señal. Pero en un país en el que la libertad de prensa no existe ni en la ficción, nada se sabrá hasta que así lo decida el reducido círculo de poder que controla el destino de los cubanos.