Alberto Samid termina el año con todo. El funcionario se cansó de que las grandes cadenas de fast food extranjeras instaladas en el país sean "chorras" y "cobren $80 o $90 el combo", entonces decidió meterse en el negocio e inaugurar sus propios locales de comida rápida.
Allí, la tradicional "cajita feliz" mutó a "cajita del Rey" y el combo de hamburguesa con papas y gaseosa (o cerveza tirada o en lata) sale $35. "¿Sabés qué quiere decir nuestro 'Mac'? 'Malvinas Argentinas, carajo' o 'Mauro, andá a cagar', la que prefieras", le contó entusiasmado a un periodista del diario Clarín.
El funcionario está convencido de que no tendrá competencia porque las grandes cadenas son "igual de chorras que los supermercados: facturan con 200% de ganancias" y planea inaugurar unos 50 locales, aunque ahora solo tiene en funcionamiento uno.
Samid revela que cada combo tiene un costo de $20 "pagando incluso las cargas sociales". Y cuenta que la "Cajita del Rey" también trae juguete para los más chicos: un álbum para llenar con figuritas.
Sus hamburguesas llenan "como un bife de lomo" porque pesan "110 gramos contra 52 de la competencia". Y en lugar de pollo hay opciones con cerdo. "Ahora hay una cadena nacional de comida rápida", explica, tras contar que muchas mamás ven llorar a sus hijos cuando no pueden comprarles una hamburguesa en la competencia.
"Yo no trabajo para el Gobierno, sino para la gente", exclamó. Respecto a la inflación, sostuvo: "Hay que eliminar la intermediación parasitaria".